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Una odisea para militar en el PP valenciano

Una mujer lleva más de ocho meses esperando ser aceptada en el PP - "No me interesan los líos internos, sólo quiero que me den de alta"

Amparo Zaragozá, ayer, ante la sede del PP en València. Foto: Eduardo Ripoll.

Amparo Zaragozá siempre se sintió afín a las siglas del Partido Popular. Conecta con sus postulados ideológicos y en el pasado entabló amistad con personas que ocupan cargos de relieve. Pero a ella no le interesa jugar en las grandes ligas, ni pedir favores. Sencillamente y aunque cueste entenderlo en los tiempos que corren, le pica el gusanillo de la política que se construye desde las bases, el trabajo anónimo de esa militancia que en la era del papel pegaba carteles electorales y que igual ayuda a organizar una cena de sobaquillo que acude entusiasta a un mitin.

Por eso, por ilusión y porque disponía de más tiempo, decidió el 16 de noviembre de 2016 plantarse en la sede del PP (todavía en la calle Quart) y pedir ser dada de alta como militante perteneciente al distrito de Exposición. El trámite en principio era sencillo: rellenar la solicitud y los datos bancarios para la cuota. Lo fácil, sin embargo, se ha convertido en complejo, tanto que ocho meses después, Amparo Zaragozá sigue esperando su carné y que alguien le de una respuesta de por qué no se tramita su solicitud.

En este tiempo de espera, esta mujer, que estudió enfermería y regentó una tienda de delicatesen en València, no se ha cruzado de brazos. Sin contar las llamadas realizadas al partido, ha escrito dos cartas a la presidenta del PPCV, Isabel Bonig, y una de puño y letra a la secretaria general, Dolores de Cospedal.

Según relata a Levante-EMV, en marzo de 2017, cinco meses después de tramitar su alta, envió una carta a Bonig con un extenso relato de lo ocurrido. Le hacía constar las numerosas llamadas y sus conversaciones con la administrativa encargada del partido y la falta de respuesta: «Desde que solicité el alta nada se me ha comunicado, ni se me contesta a las llamadas, lo que además de sorprenderme, me produce el lógico malestar porque no entiendo que una organización seria pueda actuar con esta lentitud y la falta de consideración respecto hacia quién solicita incorporarse al partido para ofrecer su aportación como ciudadana y participar en la actividades», reza el texto.

La misiva debió sorprender a Bonig que se interesó por el asunto y lo delegó en el diputado Alfredo Castelló, en ese momento del comité de derechos y garantías. Castelló se puso en contacto con Amparo Zaragozá y le facilitó una invitación para que pudiera acudir al Congreso Regional del PPCV, algo que ella misma admitía le hacía mucha ilusión.

La cita fue productiva: vivió en primera persona un congreso, saludó a dirigentes y se hizo numerosas fotos. Su Facebook da cuenta de varias de estas imágenes, en una de ellas aparece sonriente junto a Mariano Rajoy. Tal fue la experiencia que escribió una segunda carta a Bonig en la que le agradecía la invitación al congreso donde había constatado «el entusiasmo que corre por las venas de los militantes en estos momentos claves de regeneración y de efervescencia». Sin embargo, las hojas del calendario siguieron cayendo sin respuesta. En mayo, harta de la espera escribió a Cospedal contándole que se sentía «desamparada e ignorada».

En realidad, ella intuye a qué se debe el silencio. Tras el congreso regional, recibió una enigmática llamada desde la dirección del PP de la provincia de València, entidad a la que le corresponde tramitar las altas. «Me preguntaron de parte de qué candidato (Betoret o Contelles) estaba y me invitaron a participar en un reunión privada con el presidente provincial», relata. «No quise ir porque, aunque tenía mis preferencias, no me interesan los líos internos; sólo quiero que me den de alta y que me dejen participar, nada más».

Amparo admite que está decepcionada, pero asegura que no se va a rendir. Su hija de cinco años (que le acompaña en la entrevista) la anima a pelear: «Tu puedes, mami», comenta la niña mientras dibuja, aparentemente distraída, en un papel.

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