La piel es el órgano más grande del cuerpo humano. Con dos metros cuadrados de extensión, la dermis es la barrera más importante que nos protege de las inclemencias externas. Así que cuidar de ella es un deber. La exposición continuada al sol es más habitual con la llegada del verano y las vacaciones. Pasar más tiempo al aire libre somete a la piel y el cabello a las inclemencias solares de una forma más extrema lo que puede provocar daños importantes en el futuro.

Según los especialistas «sólo tenemos una piel para toda la vida y hay que protegerla porque tiene memoria, es decir, los daños son acumulativos», explican.

Los dermatólogos Carlos Guillén y Laura Cubells, del Colegio de Médicos de València, explican a Levante-EMV cuáles son las recomendaciones básicas para tener una piel sana y cuidada durante el verano.

Los doctores señalan lo peligroso que resulta la prisa por coger bronceado desde el primer día de playa. «Las primeras exposiciones son las más peligrosas- señalan- por eso debemos evitar la exposición aguda». Además, Guillén advierte de que las quemaduras solares frecuentes en las épocas tempranas de la vida «multiplican el riesgo de la aparición de melanomas en el adulto». Este consejo es válido para todos los tipos de piel, pero especialmente para las personas con la piel y los ojos claros, que se suelen quemar con mucha facilidad.

Otra reivindicación de los expertos es la de acabar con la creencia de que las cabinas ultravioletas «preparan la piel» para las exposiciones solares posteriores. En realidad, «la Organización Mundial de la Salud las incluye al mismo nivel que el tabaco, el arsénico y el gas mostaza».

«El sol se acumula y la piel tiene memoria», advierten los médicos, así que hay que controlar también las exposiciones inadvertidas, especialmente los deportistas, pescadores o labradores que soportan muchas horas de sol.

Cubells recuerda que una crema solar debe aplicarse al menos 20 minutos antes de exponerse al sol y repetir la aplicación cada dos horas.

Vigilar que no salga urticaria cuando se toma el sol, porque podría ser alergia, que los lunares no cambien de color o tamaño e hidratar y proteger la piel de los niños que presentan manchas blancas en la cara, son otros de los consejos.