«Me siento reconfortado, venimos de una situación complicada y los militantes han demostrado una extraordinaria madurez por separar los procesos». Ximo Puig valoraba de esta manera unos resultados en las primarias del PSPV que fueron acogidos con euforia por los suyos. Varias tracas sonaron en Blanqueries y su discurso fue interrumpido en varias ocasiones al grito de «president», «Ximo» o «País Valencià». La alegría refleja la complicada situación con que el secretario general llegaba a estas primarias valencianas.

Puig sale victorioso, pero no quiso cantar victoria ante nadie. Sobre todo, ante el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, con quien ha mantenido sonados desencuentros en el pasado.

«No es una victoria sobre Sánchez, es una victoria sin perdedores, para ser más PSPV y tener más participación en el proyecto federal», afirmó ante la prensa.

Calificó el resultado del 56,7% de apoyo como bueno. «Gran resultado», señaló. «Ya me gustaría tenerlo en el Parlamento». Lo consideró el inicio para ganar en las autonómicas de 2019. Entonces tendrá contrincantes de otros partidos. Una, Mónica Oltra, le envió ya anoche un mensaje de felicitación. «Lo interesante es un gobierno lo más sólido posible», argumentó Puig.

Rafa García compareció ante la prensa antes de retratarse junto a Puig y ante los militantes, un gesto simbólico de unidad que deberá refrendarse en el congreso de país de Elx y en las próximas disputas provinciales y locales.

El alcalde de Burjassot reconoció a Puig como el secretario general ahora «de todos», agradeció el trabajo para volver a conectar con la sociedad y pidió integración para sus propuestas ante «el amplio respaldo» conseguido «con una participación baja» (71,9% frente a 84 % en mayo).