Los diputados críticos de Ciudadanos, convertidos ya oficialmente en no adscritos, pelean con uñas y dientes para no ser irrelevantes ni invisibles en las Corts. Y ello implica luchar para no ser confinados a despachos sin ventanas, una práctica que en el pasado sí llegaron a sufrir algunos tránsfugas de la historia del Parlamento. Hace ya años que las Corts dejaron atrás los problemas de espacio gracias a la anexión del edificio que alberga los grupos parlamentarios, pero la realidad es que nadie parece dispuesto a ceder metros cuadrados ni, sobre todo, tener cerca a quienes tienen colgada la etiqueta de tránsfugas por abandonar el partido por el que concurrieron a las elecciones y agarrarse al escaño.

El asunto se abordó ayer en la Mesa de las Corts y en la Junta de Síndics celebrada posteriormente, pero fue imposible llegar a un acuerdo.

A grandes líneas hay dos bloques antagónicos cuyo cemento de unión nada tiene que ver con la ideología. De hecho, las alianzas son extrañas. PP, Podemos y Ciudadanos apuestan por enviar a los cuatro exdiputados de Ciudadanos al edificio donde se encuentra el hemiciclo de las Corts, es decir, alejados de los despachos donde ellos radican. A los tres les une una cosa: contar con diputados no adscritos. En la actualidad el ex del PP Miguel Domínguez y Covadonga Peremarch (Podemos) están ubicados en el edificio del hemiciclo y desde Presidencia de las Corts se tiene claro que los no adscritos deben estar juntos.

Ciudadanos propuso a la Mesa de las Corts que se hiciera sitio allí para los cuatro díscolos al asumir que tenerlos cerca puede generarles un problema de convivencia, pero esta opción no está bien vista por la Presidencia de las Corts que alega que los horarios y las medidas de seguridad están adaptadas a la actividad de cada uno de los edificios.

Como propuesta alternativa, Ciudadanos solicitó que estos diputados ocuparan un habitáculo ubicado en la primera planta, donde radica Compromís, y que se usaba como almacén. Pero ayer la coalición a través de su portavoz Fran Ferri blandió un acuerdo que demuestra que en su día esos 55 metros cayeron en sus dominios. «Cada grupo que se apañe con sus no adscritos», dijo el síndic del PSPV, Manolo Mata.

15 metros cuadrados

La conclusión es que los cuatro diputados que dieron el portazo a Ciudadanos bajo la batuta de su exsíndic Alexis Marí no encuentran cobijo ni si quiera al lado de grupos de izquierda con quienes han trabajado estrechamente. Podemos mantiene que hay muchas salas vacías y no tiene sentido estar apretados.

Los ex de Cs, con todo, tienen claro qué quieren: un espacio de una superficie media de 50 metros cuadrados y así lo han solicitado por escrito. La cifra no está elegida al alzar. Es exactamente lo que les correspondería para contar con un ratio medio de espacio por diputado acorde con la superficie que disfrutan el resto de grupos. Esta ratio de superficie por diputado es de 15 metros, de ahí que piden un mínimo de 48 metros cuadrados y un máximo de 60.

Los críticos han llegado a esta conclusión tras un exhaustivo análisis de la superficie ocupada por los distintos grupos. Tras los cambios tanto en Ciudadanos como en el PP y Podemos (que también perdieron un diputado cada uno), Ciudadanos, con 158 metros cuadrados para sus despachos, se convierte en el grupo con más espacio por diputado: 17,61 metros cuadrados. Le sigue el PSPV con 17,01; Compromís, con 16,13; Podemos con 15,16 y, en último lugar el PP, que disfruta de 450 metros, pero tiene 15 metros cuadrados por parlamentario.

El asunto se quedó encima de la mesa y se abordará en una próxima reunión. Desde Presidencia de las Corts se apuesta por que los críticos compartan planta con Ciudadanos y se queden en los despachos del personal técnico. El acuerdo lo toma la Mesa oída la Junta de Síndics. Hay empate técnico.