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Análisis

Cambio radical en la brújula socialista

Pesos pesados en el partido durante años como Alfred Boix, Orengo, Calabuig y Ciprià Ciscar desaparecerán de la nueva ejecutiva

El paisaje de la dirección socialista sufrirá este fin de semana en Elx un cambio radical. Nombres que han tenido un peso fundamental en el PSPV desde hace décadas desaparecerán del mapa de la ejecutiva, si se cumple todo lo hablado en las últimas horas.

El clan de Gandia da un paso al lado en la dirección y ese es quizá el retoque estético más notable. Alfred Boix es la principal víctima del desgaste de la lucha entre sanchismo y susanismo. El vicesecretario de organización, número dos de facto desde 2012, ya anunció en Levante-EMV en febrero pasado su intención de apartarse. La sucesión de resultados internos posteriores ha sido un acicate más para la retirada discreta al escaño de las Corts.

El exalcalde de Gandia José Manuel Orengo (la otra parte principal del denominado clan), otro de los hombres de confianza absoluta de Ximo Puig y a cuyo conocimiento ha vuelto a recurrir en las primarias que le han enfrentado al sanchista Rafa García, también se caerá de la nueva cúpula. Era responsable de relaciones institucionales en la ejecutiva que salió del congreso de 2012.

No son los únicos que previsiblemente no formarán parte, ni siquiera en el segundo escalón, de la ejecutiva que será aprobada formalmente mañana. Ciprià Ciscar y Joan Calabuig también se quedarán al margen, según la información recabada por este diario.

No quiere decir que queden relegados, no obstante, de todos los órganos de poder. Se da por hecho que alguno formará parte del comité federal del PSOE y que podrían tener cabida en el comité nacional de los socialistas valencianos.

Ciscar está volcado en la política estatal. De ahí que su ubicación en el comité federal encajaría con esa trayectoria reciente. Según algunas fuentes, el propio exsecretario de Organización con Felipe González habría manifestado a Ximo Puig su voluntad de no continuar en la ejecutiva, en la que esta desde 2012.

Ciscar se ha ocupado en la ejecutiva de las Relaciones Políticas, cargo en virtud del cual tuvo un protagonismo en la negociación del Pacte del Botànic. En el pasado, el veterano exconseller fue vicesecretario general del PSPV antes de pasar a gobernar en Ferraz.

Cúpula remozada

El primer nivel de la cúpula socialista sufrirá una renovación total, como adelantó este diario. Solo permanece en ese escalón de la ejecutiva anterior Rosa Peris, con las mismas funciones para la Igualdad que ya tenía. El resto cambia al completo.

Puig ha optado por la renovación para encarar una nueva etapa para un partido que ahora está en el gobierno y que ha de afrontar la recta final de la legislatura con el objetivo de mantener el gobierno valenciano y ser la primera fuerza de la izquierda por delante de Compromís y Podemos para poder sostener a Puig en el Palau.

El portavoz en las Corts, Manolo Mata, será la figura principal al lado del jefe del Consell a partir de mañana. Puig recupera para el sanchista más fiel al presidente de la Generalitat la vicesecretaría general, cargo que se quedó Leire Pajín desde 2012 hasta su alejamiento de la política.

La elección de Mata, un veterano de su generación, es la forma del líder del PSPV de no señalar a un heredero. Esa categoría se la tendrán que pelear algunos de quienes están en el escalón inferior. Jóvenes alcaldes como Carlos Fernández Bielsa (Acción territorial) y Jorge Rodríguez (portavoz de la ejecutiva), y el síndic adjunto en Corts y enviado por Puig en la gestora del PSOE, José Muñoz.

Este último asumirá el área de Organización, aunque en coordinación con la diputada de Alicante Toñi Serna (Relaciones políticas y Acción electoral).

El área económica y de empleo será para la secretaria autonómica de esta actividad en el Consell, Blanca Marín. Concha Andrés (política de confianza de Boix) tendrá a su cargo el área social. El secretario general en Castelló, Francesc Colomer, gestionará la parte más novedosa de la nueva ejecutiva: «la gestión del mañana». La presencia alicantina se completa con Juana Serna en el puesto de honor de presidenta.

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