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Entrevista

Alfred Boix: "Lo que más odio en esta vida es la indiferencia"

«Pido disculpas si he ofendido a alguien, pero no por mis hechos», afirma el ya ex número dos de Puig

Alfred Boix: "Lo que más odio en esta vida es la indiferencia"

Ha sido la mano derecha de Ximo Puig en el PSPV desde 2012 hasta el congreso del pasado fin de semana. A su lado el partido recuperó la presidencia de la Generalitat 20 años después y a su lado se estrelló en las últimas primarias del PSOE.

¿Cómo lleva la vida después de la fontanería?

Bien. De jardinero ahora [ríe]. Poniendo un poco de orden y recuperando mi casa y muchos libros que dejé de leer.

¿Cuándo tuvo claro que tenía que dejar la secretaría de Organización?

En la entrevista que publicó Levante-EMV. Lo había pensado antes, claro.

¿Ximo Puig ha sido justo con usted?

No es una cuestión de justicia. Creo que Ximo ha querido dar un nuevo impulso al partido y eso significaba que unos teníamos que ir al banquillo y otros tenían que ser titulares. Era mi amigo y mi secretario general; ahora sigue siendo mi secretario general y mi amigo.

¿Lo asume con deportividad?

Sí. Son etapas que se cumplen. Ha habido dos años de más, por la demora de las elecciones generales y la crisis del partido, y ha sido muy duro este tiempo.

Ha descubierto que el puesto de la secretaría de organización es el más ingrato, ¿no?

No es cierto. Tiene sus momentos de dificultad, pero ha sido gratificante. Nadie me va a quitar en todo caso la satisfacción de ser el secretario de Organización cuando el partido volvió al gobierno.

Si ese sería el principal logro, ¿cuál sería el error principal?

Pero fue un logro de todos, con mucha gente involucrada, el primero, Ximo. Ahora la dirección, y todos, debemos tener un objetivo claro: 2019. Estos cuatro años no pueden ser un constipado.

¿El principal error fue pringarse tanto por Susana Díaz?

No. Me pringué porque me gusta tomar partido. Lo que más odio en esta vida es la indiferencia. Tomé partido comprometido y convencido por Susana Díaz y, si me lo pregunta, lo volvería a hacer.

¿Pese a todo lo que ha pasado y el resultado registrado?

Soy un demócrata. Respeto lo que la mayoría abrumadora ha decidido, pero si volviera a haber primarias volvería a apostar por Susana Díaz, porque creo que repre senta un valor de este partido.

¿Esperaba un cargo en Ferraz si ella ganaba?

Eso comentaban algunos.

¿El cargo que ahora ocupa José Luis Ábalos?

Personalmente aprecio y respeto a Ábalos. Políticamente hemos tenido una divergencia clara. En este momento no lo envidio en absoluto. Tengo dos hijos de ocho años, he estado cinco y medio y todas las noches he vuelto a casa. En Madrid no lo podría hacer. Hay cosas a las que me costaría renunciar. Mi proyecto es el PSPV.

Dice que su relación es buena, pero para el sector crítico usted ha sido el diablo. ¿Por qué?

Aprendí de pequeño que cuando la gente ha de descalificar a los demás para defender su proyecto, o no sabe defenderlo o no tiene proyecto que defender. Nunca he descalificado personalmente a nadie.

Mírelo por el lado positivo. No va a pasar a la historia como el secretario de Organización que vendió la sede del PSPV.

Es una ventaja, pero está decidido. Una de las cosas más difíciles en el mandato ha sido afrontar el milagro diario de abrir la sede. Hemos tenido que hacer malabarismos, además de ERE, pero la deuda que nos dejaron en 2012 es un agujero cósmico negro que solo se puede resolver vendiendo la sede. No hay otra salida. Algunos que alzan ahora la voz parece que hayan olvidado ese nivel de irresponsabilidad.

¿Qué es el clan de Gandia?

¡Vaya! Es gente de la que te puedes fiar, gente que ha estado dando la cara cuando este partido no tenía ninguna posibilidad. En todo caso, los amigos se eligen; la sangre, no. Aunque en este caso la sangre es amiga [en referencia a José Manuel Orengo].

¿Han sido injustos con «el clan»?

En política hay que saber fajar y aguantar. Se acuñan términos y hay que sobrellevarlos. De Gandia somos, clan no. Preferiría «el equipo de Gandia».

¿Qué puede decir de la ejecutiva de 74 miembros?

Muy característica de Ximo.

¿Será difícil de gobernar en ausencia de pesos pesados, históricos de la dirección?

Pesos pesados... La dirección está equilibrada. Tiene activos jóvenes y menos jóvenes. Jóvenes me refiero a Jesús Ros. Puede dar un resultado bueno. Tiene toda mi confianza y colaboración.

¿Y la disputa por la herencia no puede volverse contra el secretario general?

Las herencias no existen. En política se vive de alquiler, porque alquilamos la confianza de los ciudadanos y los militantes. Así que nadie se piense heredar nada. Se lo van a tener que ganar, como se lo ganó Ximo. Los herederos pueden estar dentro y fuera.

¿Pediría perdón por algo?

Por si he ofendido a alguien, pero no por mis hechos. Si en algún momento no he estado a la altura pido disculpas. Cuando uno toma decisiones se puede equivocar. Yo, muchas veces.

¿Le seduciría un puesto en el Consell?

Yo vengo seducido de casa. No es un planteamiento. Estaré en el banquillo de la ejecutiva, pero no de la política.

¿Pedro Sánchez no trató bien a Puig?

¿Cuándo?

Por ejemplo, con la Entesa al Senado.

A la vista está. Nos quedamos sin senadores. No era un capricho. Pido que si vuelven a darse las circunstancias, que nos dejen.

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