El presidente de la Generalitat recibirá mañana en el Palau a Isabel Bonig. La líder del PP autonómico acude con la pretensión de «llegar a acuerdos» en cuanto a «la preocupante situación» que afecta al decreto de plurilingüismo.
Aunque la reunión versará sobre este asunto, por el cual Bonig remitió una carta el pasado día 30 de junio, desde Presidencia señalan que «no hay orden del día», aunque en su momento remarcaron que no darán un paso atrás en cuanto al «avance hacia un aprendizaje de las tres lenguas (castellano, valenciano e inglés) para todos los niños sin enfrentamientos estériles ni judicializando la gestión». El entorno del presidente se refería así a la denuncia de la Diputación de Alicante gobernada por el PPCV que ha paralizado el decreto impulsado desde la conselleria que dirige Vicent Marzà (Compromís).
El PP ha hecho de la lucha contra esta norma su bandera en los últimos meses. No pocos debates en las Corts ni manifestaciones han contado con Bonig en primer plano. La síndica popular, de hecho, acude al encuentro imbuida del papel de representante de los padres que se sienten discriminados por el decreto. En este sentido, espera que se escuche «el clamor social», trasladaron fuentes cercanas a la presidenta del PP valenciano. «Esperamos diálogo y que atienda las reivindicaciones de los padres. La educación no puede ser un caos», añadieron.
La dirigente del PP quiere aprovechar así el ecuador de la legislatura para poner sobre la mesa los diferentes frentes abiertos que existen, sobre todo, en la conselleria de Marzà. Con todo, el Consell ha cerrado filas conforme se han ido sucediendo los autos del Tribunal Superior de Justicia, que han arreciado las últimas semanas. Junto a la crisis de los centros de menores, han sido los focos calientes del Ejecutivo valenciano que han marcado estos últimos meses preveraniegos.
Con todo, y aunque el presidente se muestra «abierto al diálogo», ambos dirigentes mantienen posiciones diametralmente opuestas en el asunto plurilingüe. Cuando se anunció la reunión ya avisaron: «no habrá una negociación bilateral sobre educación» entre Consell y PP. La única alternativa que ha defendido hasta ahora Bonig es acatar lo que dictan los tribunales y ello implica volver al modelo del PP de 2012, un esquema que Puig tilda de «fracasado». Con todo, la reunión de mañana, que llega 34 días después de que Bonig la solicitara (frente a los cinco meses que lleva Puig esperando un encuentro con Rajoy), servirá, al menos, para tomarse el pulso de cara al curso que viene.
