La manifestación que el Consell tiene previsto convocar en torno al Nou d´Octubre para reclamar un nuevo modelo de financiación autonómica no será unitaria. El PP ya ha decidido que no acudirá pese a que el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, aseguró semanas atrás en las Corts que esperaba la presencia de todos los partidos y una unidad política similar a la que en 1977 (hace 40 años) reclamó el Estatut d´Autonomia.

Aquella fue una de las más grandes manifestaciones que se recuerdan en territorio valenciano y el Consell esperaba unir a todas las fuerzas políticas en un acto similar, en este caso para reclamar una mejor financiación al Gobierno.

El anuncio ayer de la presidenta del PP, Isabel Bonig, de que su partido no secundará esa protesta se produce apenas unos días después de que el presidente del Gobierno señalara que no habrá reforma del modelo de financiación en lo que queda de año ni tampoco en el primer semestre de 2018 por falta de consenso político.

Bonig considera que este acto de protesta es un sinsentido porque la financiación se negocia en el foro que corresponde y no «detrás de la pancarta».

Es la segunda vez en lo que va de año que el PP se desmarca de una acción reivindicativa ya que tampoco acudieron el pasado mes de abril al acto convocado por las Corts para reclamar al gobierno de Mariano Rajoy un mejor trato para la Comunitat Valenciana en los Presupuestos Generales del Estado de 2017. Los populares ya consideraron entonces que se trataba de un acto «político», aunque meses atrás habían apoyado una resolución en las Corts que exigía más financiación e inversiones al Gobierno. Tampoco Ciudadanos acudió a aquel acto y no es probable que lo haga ahora, aunque las fuentes aseguran que la decisión no está tomada.

Con todo, Bonig dijo que Puig tiene el apoyo incondicional del PP para el cambio del modelo de financiación.

Puig advierte de que solo retocará el plurilingüismo por orden judicial

El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, a 24 horas de su encuentro con la presidenta del PP en la Comunitat, Isabel Bonig, lanzó ayer un mensaje claro de que solo modificará el decreto de plurilingüismo por imperativo legal. Puig fue tajante a la hora de excluir la normativa que finiquita la doble línea de enseñanza en castellano y valenciano de la negociación política con la lideresa del PP. Lo hizo subrayando que el decreto de plurilingüismo es «correcto» y «no ha sido una invención política partidista». «Se asienta sobre todo en informes de expertos y no a través de la dinámica propia de una concepción política», sentenció.

En su defensa sin fisuras del decreto, Puig únicamente admite retoques por orden judicial: «si hay algún aspecto concreto que no se ajuste a la ley, se modificará porque el objetivo irrenunciable es que todos los alumnos sepan castellano, valenciano e inglés».

El Tribunal Superior de Justicia (TSJ), en sus dos primeras sentencias sobre el decreto de plurilingüismo ha avalado su constitucionalidad a excepción de las acreditaciones automáticas del nivel de inglés y valenciano al alumnado con más carga docente en estas lenguas. No obstante, el TSJ, a instancias de la Diputación de Alicante gobernada por el PP, mantiene suspendido cautelarmente el decreto y obliga a volver el próximo curso en Educación Infantil a la doble línea del decreto de 2012 del PP. Bonig ira hoy al Palau a reclamar dicha marcha atrás, un modelo que Puig rechaza por «fracasado». A su juicio, la educación valenciana parte «del fracaso del PP», que a su salida de la Generalitat «dejó una foto finish» en la que solo un 6 % de los niños sabe inglés y un 36 % valenciano, lo que denota «un déficit fundamental» en la lengua anglófona y «uno muy importante» en la lengua propia.