A la situación de masificación y saturación que padece el centro penitenciario de Picassent se sumó ayer un nuevo problema. La tormenta de verano que cayó la noche del pasado miércoles causó daños en el cuadro de contadores general de la prisión y dejó sin luz eléctrica las instalaciones ocupadas por unos 2.300 internos. Para evitar que todo el sistema quede inutilizado, principalmente las medidas de seguridad, la cárcel cuenta con un potente sistema electrógeno autónomo que se activa en caso de caída del fluido eléctrico.

No obstante, este grupo electrógeno solo cubre las funciones mínimas y durante cerca de quince horas los sistemas informáticos de oficinas y economatos quedaron inutilizados. Los presos no podían comprar tabaco ni tomar un café, hecho que generó un gran número de situaciones de tensión a lo largo de la jornada de ayer, principalmente en la Unidad de Preventivos, donde la reparación se prolongó más de lo esperado.

«Al poco personal se suma ahora esto. ¿Cómo van a poder controlar dos personas a 140 tipos cabreados porque no pueden fumarse un cigarro?», lamentaban funcionarios del centro penitenciario hastiados por la situación. «La gente está muy irascible y parece que van a tardar días en arreglarlo», añadía un funcionario de prisiones.

Garantizan los servicios básicos

Por su parte, fuentes de Instituciones Penitenciarias confirmaron la avería, pero restaron importancia a lo ocurrido asegurando que nada más quedarse sin servicio de red eléctrica «saltó de forma automática el grupo electrógeno como debe de ser». Asimismo, este grupo mantuvo los servicios básicos de todo el centro correctamente y mientras los técnicos reparaban la avería se envió un camión electrógeno para restablecer todo el servicio. Al cierre de esta edición todo funcionaba a la perfección con este camión externo, pero la avería no estaba solventada.

De igual modo, desde Instituciones Penitenciarias aseguraron también que «no ha habido problemas de desabastecimiento» y que únicamente los presos no han podido comprar en los economatos -el supermercado de la prisión- porque trabaja con tarjetas magnéticas y éstas no funcionaban con el grupo electrógeno.

Asimismo, fuentes del sindicato CSIF del centro penitenciario de Picassent criticaron la deplorable situación que vive esta cárcel, una de las más masificadas del país, y los medios tan limitados con los que tienen que trabajar a diario los funcionarios. Una prueba de ello ha sido esta caída del servicio eléctrico.

Estas fuentes confirmaron que ayer por la tarde llevaron un generador externo para volver a conectar todos los sistemas, pero que no sabían si a pleno rendimiento a la mañana siguiente, éste sería suficiente para mantener toda la red.

Esta misma semana los funcionarios de prisiones, a través del sindicato de prisiones ACAIP ya protagonizaron una manifestación para denunciar la situación de la cárcel de Picassent. Así entregaron ristras de chorizos a ciudadanos como medida de protesta ante la sede de la Delegación del Gobierno en València y las subdelegaciones de Castelló y Alicante, unas acciones simbólicas en las que expresaron su rechazo a las agresiones que sufren los funcionarios, la falta de medios y la saturación de las cárceles valencianas.