Paciencia, eso es lo que le han pedido las autoridades mexicanas a la familia de Pilar Garrido, la valenciana de 34 años presuntamente asesinada en el estado de Tamaulipas el pasado 2 de julio, después de que ayer la madre y el marido de la víctima mantuvieran una reunión con responsables del Consulado y la procuradoría para repatriar los restos óseos y someterlos en España a un segundo análisis de ADN, que según el cotejo con las muestras de su hijo dio positivo en México. Los familiares llevan tiempo reclamando los molares para hacer una radiografía con la que saber al cien por cien si son o no los restos de Pilar. Asimismo, también han solicitado las supuestas pertenencias halladas junto a los huesos para saber si realmente son de ella.

Según ha confirmado la familia de la valenciana y el Consell, la Generalitat va a correr con todos los gastos de la repatriación de los restos mortales identificados por las autoridades mexicanas como los de Pilar Garrido. El coste se sitúa entre los 3.000 y los 9.000 euros, aunque todavía estan mirando a través de varias funerarias para determinar el importe final por traer los huesos que supuestamente, y salvo que el análisis de ADN en España diga lo contrario, pertenecen a la valenciana asesinada en México.

«Queremos agradecer el apoyo que estamos teniendo por parte del gobierno valenciano. Se han mostrado muy interesados desde el primer momento y están presionando para agilizar todos los trámites», destacó la hermana de la víctima. Fuentes de la Generalitat aseguran que están en contacto permanente con la familia de la valenciana y que les han facilitado los contactos de presidencia para una comunicación directa con el Ministerio del Interior y principalmente con el Consulado de Monterrey (México). Asimismo, les han ofrecido soporte jurídico para llevar ante la Justicia al autor u autores del crimen. Además de la madre de Pilar Garrido, junto a la repatriación de los restos mortales la familia espera que también viajen el marido de Pilar y el hijo de un año de ambos. Según fuentes del entorno familiar, Jorge no tiene prohibido abandonar el país y, de confirmarse que se trata de su esposa, éste querría estar en su sepelio en España.

Respecto a la posibilidad de regresar definitivamente para quedarse en tierras valencianas junto a su hijo, dada la inseguridad que se vive en el estado de Tamaulipas, Jorge explicó a este periódico que lo está barajando seriamente. «No es una decisión fácil, tendré que empezar una nueva vida desde cero, pero siempre y cuando todo se aclare», remarcó.

«Su reloj está en casa»

Una de las cuestiones por las que la familia sigue albergando la esperanza de que los restos hallados en un paraje cercano a la carretera entre Soto la Marina y Ciudad Victoria no sean los de Pilar es el extraño hermetismo y las informaciones difusas sobre los objetos hallados junto a la osamenta encontrada el pasado 26 de julio. Algunos medios aseguran que la policía encontró un reloj propiedad de la valenciana, pero su familia asegura que el reloj de Pilar está en su casa.

Además, el propio marido ha reconocido a Levante-EMV que en todo este tiempo la policía no le ha mostrado las prendas o retales de ropa hallados junto a los huesos ni ningún objeto para poder identificarlo o descartarlo. Jorge cree que no se los enseñaron por prudencia, «para no revictimizar a la víctima», aunque la familia solicitó ayer que se los mostraran para ver si realmente alguno de ellos coincide con los que llevaba Pilar el día que presuntamente fue secuestrada.

Remontándonos a ese día, la tarde del dos de julio, cuando el matrimonio regresaba junto a su bebé de pasar el fin de semana en la playa de La Pesca, y siempre según la versión del marido, único testigo de los hechos, dos menores de unos 16 años asaltaron su vehículo con subfusiles y se la llevaron por la fuerza.

Como ya adelantó este periódico, la policía cuenta con la identificación plena de uno de los supuestos asaltantes, reconocido fotográficamente por el marido de la víctima, y con el retrato robot del segundo sospechoso. No obstante, el fiscal de Tamaulipas Irving Barrios sostiene que se mantienen abiertas varias líneas de investigación, entre ellas la de estos dos menores fugados de un centro tutelar un mes antes de los hechos, así como la del crimen organizado, aunque reconoce que no hay antecedentes de secuestros en la carretera en la que se produjo el supuesto asalto.

Sobre el móvil del supuesto secuestro, hay muchos indicios que alejan a los investigadores de dicha hipótesis. Por un lado el hecho de que Pilar fuera presuntamente asesinada el mismo día de su desaparición y se deshicieran del cuerpo en las proximidades del lugar en el que la raptaron, así como que no se llevaran nada de valor, son algunas de las lagunas que deja abiertas esta posibilidad.

Jorge F. asegura que no tuvo oportunidad ninguna de impedir que los secuestradores se llevaran a su esposa, ya que uno de ellos, el de la imagen del retrato robot, le colocó el arma en el pecho. Asimismo, explicó que no tiene la matrícula del vehículo Honda Civic de los secuestradores porque éste no llevaba placa.