Hace siete meses que es portavoz de Ciudadanos en la Diputación de València, justo el tiempo que hace que su predecesor, José Enrique Aguar, iniciara sus andaduras políticas fuera de la formación naranja. A Aguar le han seguido más dirigentes, entre ellos, los cuatro diputados díscolos de las Corts. Mientras las aguas se calman, Peris se centra en su oficio de abogada y su labor en la corporación provincial, donde ha apoyado el 85 % de las medidas del cuatripartito formado por PSPV, Compromís, Esquerra Unida y València en Comú en lo que Peris entiende como «política útil».
P ¿Cómo lleva su papel de portavoz en un grupo conformado solo por usted?
R Poco ha cambiado. Yo me siento muy acompañada. Siempre he visto el grupo de la diputación como el conjunto de todos los concejales de la provincia. Diariamente les paso información, cada mes y medio nos reunimos. Me siento una parte más del equipo, porque yo también soy concejala de mi pueblo. Es una etapa diferente, donde creo que se está haciendo política y útil, que es la meta.
P ¿Cómo vivió la marcha del exportavoz José Enrique Aguar?
R El compañero tomó una decisión personal, que respeto pero que no comparto. Creo que se fue porque estaba preocupado más por el sillón que en trabajar. Es una decisión incoherente. Si no estás de acuerdo, vete, pero de verdad. Deja tu escaño y tu sueldo. Estamos acostumbrados a ver a gente que ha hecho de la política su modus vivendi. Agradezco que se vaya, y que lo haga dos años antes, porque ahora nos quedamos la gente que queremos trabajar. A mí no me preocupa 2019, me preocupa ahora. Que no quieran engañar a la gente, estaban más preocupados por ese sillón que realmente en el día a día. Lo digo con el corazón en la mano. Estamos los que creemos en el proyecto. Me hace gracia lo de los críticos. Yo también soy crítica y exigente en mi faena, pero sabiendo trabajar en equipo. Hay ilusión. Yo no veo desánimo.
P ¿No cree que vaya a haber más salidas?
R Que haya las que tenga que haber. Para mí esta gente será noticia el día que dejen su acta. Tú no eres coherente si no dejas el acta, tu sueldo y tu escaño. En la diputada de Podemos (Sandra Mínguez) tienes el ejemplo. Se ha ido con todas las consecuencias. Eso me parece muy honrado. Lo que no me parece honrado es querer tener a la ciudadanía engañada. En el caso de la diputación es más grave porque no estamos elegidos directamente, sino por los compañeros concejales. No tiene legitimidad para estar aquí. El problema del exportavoz es que estaba más preocupado en perder el asiento.
P ¿Cómo es la relación entre ambos?
R Hola y adiós. No puede ser lo mismo, efectivamente. La verdad es que muchas veces no viene. Nos vemos en los plenos, en las juntas cada vez menos, porque él no tiene representación en órganos como la de Gobierno. Tenía plaza en Egevasa, y Divalterra, pero ya está sustituido. Aquí se está aplicando el pacto antitransfuguismo.
P ¿Entiende los motivos que expusieron para justificar su marcha, principalmente el cambio ideológico de Cs?
R Deja que me ría. Yo soy la misma diputada que antes. En mí no ha cambiado para nada la política de la diputación. Me hace mucha gracia que la justificación sea esa. ¿Es de derechas votar la supresión de los aforados? ¿bajar impuestos? ¿Los 4.000 millones que se han destinado para partidas sociales? ¿Los 850 millones que vienen a la C. Valenciana? Ciudadanos votamos prácticamente el 85 % de las propuestas del cuatripartito en la corporación. Ese fundamento no se sostiene.
P ¿No ha virado Ciudadanos a la derecha?
R Como portavoz te diré que prefiero financiar a una asociación con daño cerebral que un concierto de Bisbal como el que ha financiado Jorge Rodríguez en Ontinyent (de donde es alcalde el presidente de la diputación). ¿Quién ha dado el giro a la derecha, el señor Rodríguez? Porque Ciudadanos no. Más que nunca ahora estamos haciendo políticas sociales. Sobre todo en la diputación.
P ¿Ha cambiado la posición del partido respecto al futuro de las corporaciones? Lo quitaron del pacto con el PP.
R Eso entra dentro del pacto a nivel nacional con el PP, pero efectivamente como todo pacto se tiene que consensuar. Supongo que quien llevaba la negociación priorizó que en aquel momento no era la línea roja más importante. Pensemos en la coyuntura del momento, íbamos a terceras elecciones. Eso no quiere decir que se vaya de la línea. Pero desde las diputaciones estamos haciendo labor de control, justo lo que decía el programa de Cs, que no se robe ni se despilfarre y se gestione bien. Mientras esté la diputación, nosotros estaremos aquí gestionando. Los convenios singulares están desparecidos, la arbitrariedad aun queda un poco, pero estamos controlando y fiscalizando. Los contratos menores ya no van con el dedazo.
P ¿Aboga por la transformación?
R Sí, pero al final no es competencia ni de la propia diputación. Primero reformar la Constitución, con lo complicado que es con mayorías cualificadas. Además, la de València tiene particularidades, por su carácter benéficosocial.
P ¿Cómo lo está haciendo el cuatripartito en este sentido?
R Pues no se aclaran. El eterno problema es que cuando se tocan posturas ideológicas están enfrentados. No tienen una misma posición en determinados temas. Ellos quisieron coger el poder y pensaron que era fácil.
