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20 meses para las elecciones

Cuenta atrás para el Botànic

El Consell todavía tiene por resolver las cuestiones clave de la legislatura - La televisión, el plurilingüismo o la reversión sanitaria, principales desafíos

El tiempo empieza a correr ya en contra del Botànic, el pacto de izquierdas que cambió el rumbo de la Generalitat en 2015 tras dos décadas de dominio absoluto del PP.

En 20 meses acaba la legislatura, las Corts quedan disueltas y habrá elecciones. El reloj corre rápido, las hojas del calendario caen deprisa y aunque el Consell da por cumplidos muchos de sus desafíos iniciales (en el seminario de Ademuz dio por ejecutado el 80 % de su programa), la impresión tanto de puertas afuera como en la cocina del Ejecutivo es que las cuestiones nucleares de la legislatura siguen muy abiertas. Y con la cuenta atrás en marcha, el escudo de la herencia recibida ya no vale. La apertura y consolidación de la nueva televisión, la reversión del modelo sanitario público-privado con Alzira como epicentro, el desatasco de la dependencia, la reforma educativa con el modelo plurilingüe en la cúspide de la pirámide o el avance hacia un nuevo modelo de financiación siguen en el tintero después de dos años.

Tampoco experimentan grandes avances cuestiones más complicadas de acelerar como las grandes reformas estructurales prometidas, el nuevo modelo productivo, la mejora de los niveles de empleo (aunque 2018 será el año de la agencia de la Innovación), la reforma del sector empresarial, de la función pública, la eliminación de barracones o incluso los horarios comerciales.

La reforma del modelo de financiación es la madre de todas las batallas y la llave para desatascar muchos problemas. El informe de los expertos despertó cierta euforia y fue muy bien recibido por el Consell, pero a los pocos días el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy rebajó las expectativas. No habrá pacto como mínimo antes de un año. "No hay consenso", se justifica. Descartada la vía jurídica después de que el Constitucional tumbara un recurso contra los presupuestos del Estado, la unidad política también empieza a hacer aguas después de que el PP rechace apoyar una manifestación de denuncia por el maltrato. Mientras, el ministro Montoro aprieta y el Consell vive entubado a la liquidez financiera que proporcionan los préstamos del FLA.

Primer examen, los presupuestos

El curso arranca en unos días con el debate de Política General (12 y 13 de septiembre). Empieza entonces la hora de la verdad para el Consell. 2018 será el último ejercicio completo, después de que el primer año entero del Botànic (2016) quedara casi solapado por los dos comicios estatales en apenas seis meses y 2017 haya sido el año de la convulsiones internas de los partidos que conforman el Botànic, especialmente PSPV y Podemos, con dos complicados procesos internos nacionales y autonómicos.

Ahora, el partido morado quiere influir más en los presupuestos de 2018, el primer examen del nuevo curso. Lo que no se incluya en ellos difícilmente podrá ejecutarse antes de que termine la legislatura, aseguran desde Podemos. Se refieren principalmente al modelo productivo y social y al empleo, aunque el Consell tiene otros nubarrones en el horizonte.

Uno de ellos,tal vez el más simbólico, es la reapertura de los nuevos medios de comunicación públicos. 2017 no será el año de Àpunt. Su puesta en marcha se traslada por tanto al tercer año de legislatura botánica, o, en el peor de los casos, la cita electoral de 2019 se abalanzará sobre los gestores de Àpunt.

Otro de los frentes es el modelo educativo plurilingüe. El conseller de Compromís Vicent Marzà tiene sobre la mesa la paralización del decreto por parte del Tribunal Superior de Justicia (TSJ). A principios de septiembre se espera una comparecencia para que explique la hoja de ruta a seguir mientras miles de padres se mantienen a la espera de saber el currículum que llevarán sus hijos.

En otra cartera de Compromís, la vicepresidenta Mónica Oltra tiene una lista de más de 15.000 dependientes que esperan recibir una ayuda. No son los 45.000 que dejó el PP, pero tampoco son pocos. Se va a reforzar el servicio de atención a estas solicitudes con 450 nuevos evaluadores y Oltra remarca la inclusión de 1.200 personas al mes. También deberá resolver el contrato de las residencias de mayores y el de los centros de menores, que marcaron el final del anterior curso político con la polémica por el traslado de los jóvenes de Monteolivete.

Mientras, los roces del mestizaje no cesan en el segundo escalón. Las consellerias de Medio Ambiente y Economía han movido fichas para que la convivencia mejore y el reto de cohesionar el mestizaje se antoja crucial para la estabilidad del pacto de Gobierno.

Pendiente sigue también la reforma del sector público, un monstruo heredado, una administración paralela con más de cinco mil interinos que nunca han pasado una oposición y en la que el Consell aún no ha puesto orden tras dos años. También el futuro de 1.700 trabajadores del departamento sanitario de Alzira, que el próximo abril pasará a la gestión pública. El Consell garantiza el empleo, pero la incertidumbre existe y se acelerará según se acerque la fecha de la reversión. En Dénia, la situación también es conflictiva. El modelo no funciona y la mayoría de alcaldes piden la reversión.

En el tintero queda tambiénla Agencia Tributaria propia, el vaciado de competencias de las diputaciones, que choca con los recursos del PP, recomponer la hipoteca reputacional o ganar visibiliad como otras comunidades históricas.

Más derechos y regeneración

En estos dos años resulta innegable que se han producido avances en recuperación o ampliación de derechos y en regeneración política tras años de gravísimos y cuantiosos casos de corrupción. La recuperación de la universalidad de la sanidad pública (cuestionada por el Gobierno y en los tribunales), la ley de identidad de género que ha otorgado derechos a colactivos olvidados, la eliminación de copagos farmacéuticos a mayores o en residencias, la gratuidad de libros con Xarxa Llibres o la leyes de Función Social de la Vivienda o contra la pobreza energética van en ese camino de ampliar derechos. En Transparencia está pendiente el desarrollo de la norma contra las puertas giratorias con una oficina de control de conflictos de intereses de altos cargos y mecanismos para hacer más ágil el desarrollo de la ley de cuentas abiertas de la Generalitat.

En las Corts, el tripartito que sostiene el Botànic también tiene mucho por hacer para que el Consell cumpla sus desafíos. La reforma de la Ley Electoral que incluye una cuestión clave de la legislatura, la eliminación del tope del 5% para que los partidos obtengan representación en las Corts, aún no concretada puede ser clave en el reparto de escaños dentro de 20 meses. Si el 3% es sobre voto provincial o sobre el total autonómico es uno de los debates. Por completar está la ley de paridad en órganos estatutarios, la dotación de personal de la aún inoperativa agencia antifraude o la ley de Renta de Inclusión. El tiempo comienza a dejar de ser un aliado.

Consell sin cambios pese al desgaste de algunas áreas

No suenan tambores de remodelación en los pasillos del Palau. El ejecutivo de Puig y Oltra batirá en septiembre el récord de longevidad de un gobierno valenciano y los ajustes solo podrían producirse en el segundo escalón y tras el debate de Política General. El jefe del Consell considera un valor que su primer gobierno se vaya a convertir en el más veterano de la historia y aunque hay consellerias que han sufrido más desgaste que otras, como Economía o Medio Ambiente por sus conflictos internos o Sanidad por el volumen de gestión que comporta y por los equilibrios de partido que ha tenido que realizar la consellera Carmen Montón, no habrá remodelación. En Educación, Marzà está muy cuestionado por la oposición pero blindado internamente como, de momento, el resto de consellers.

El horizonte de los candidatos autonómicos empieza a despejarse a dos años vista

Bonig ya es la candidata 'idónea' para rajoy. Las dudas de Génova hacia su candidatura están despejadas y el portavoz de Rajoy la considera ya candidata idónea. El PP es el partido más votado y Bonig aspirará a la presidencia.

Puig, reforzado internamente. Las primarias del PSPV reforzaron al presidente, aunque sin sintonía con Ferraz aspira a repetir candidatura en el 2019. Es partidario de limitar a ocho los mandatos.

Oltra, la indiscutible lideresa de Compromís. Aunque la coalición valencianista tiene pendiente su reglamento de primarias no hay duda de que Mónica Oltra es la lideresa incuestionable y será la aspirante a presidenta en el segundo intento.

Cantó es la carta con más opciones en Ciudadanos. En la dirección de Ciudadanos en la Comunitat Valenciana aún ven lejano el debate de candidatos, pero el valenciano con más ascendencia sobre Albert Rivera es Toni Cantó.

Los cambios en Podemos hacen imposible la quiniela. En las últimas primarias de Podemos se impuso el diputado Antonio Estañ, quien ya ha deslizado que el candidato a la presidencia no tiene por qué ser el secretario general.

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