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Control de velocidad

Tráfico instala 32 radares móviles más en 22 carreteras secundarias

La DGT aumenta la vigilancia en 411 kilómetros de la provincia de València con una alta tasa de siniestralidad por exceso de velocidad

Tráfico instala 32 radares móviles más en 22 carreteras secundarias

«Para su conocimiento se informa que desde el día de ayer, 22 de agosto de 2017, se encuentra en funcionamiento un radar de tramo, instalado en la carretera CV-35 (València-Ademuz), sentido de València, a la altura de la localidad de Burjassot, que opera entre los kilómetros 4,500 y 3,500 aproximadamente, con una limitación de velocidad de 80 km/h». De esta forma, la plataforma Radares València informa a sus seguidores de la instalación de un nuevo radar de tramo en la CV-35. Y lo hace con la publicación de una notificación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Como este radar de tramo, la Dirección General de Tráfico (DGT) ha instalado 32 más en 22 carreteras secundarias de la provincia de València tras detectar «una alta siniestralidad provocada por exceso de velocidad en algunos tramos considerados puntos negros», explicaron fuentes de la DGT, que además muestran un plano con los nuevos tramos y los puntos kilométricos que se ven afectados. Sin embargo, el dispositivo que denuncian desde Radares València no se encuentra en el listado publicado por la DGT.

Los radares de tramo instalados se denominan Invite -Intensificación de la Vigilancia de la Velocidad- y aumentan la vigilancia en 411 kilómetros de carreteras secundarias valencianas. «La DGT ha identificado en España los 300 tramos más peligrosos de la red de carreteras convencionales del ámbito de competencias de la DGT, donde se han medido mayores efectos combinados de excesos de velocidad (que en algunos casos superan los 30 km/h) accidentalidad y mortalidad. Además se han señalizado dichos tramos con una señal fija naranja que se sitúa bajo la señal vertical de limitación de velocidad del tramo», explicaron las mismas fuentes. Ahora bien, los tramos de velocidad controlada no tienen margen de error, puesto que «no hay ningún aparato de medida y solo se marca la hora a la entrada y a la salida del tramo y se calcula la velocidad media».

Más de 580 multas al día

El objetivo no es otro que reducir los datos de siniestralidad, aseguran desde la DGT, tras afirmar que a una velocidad de 120 kilómetros por hora, la distancia de frenado es de 90 metros, que alcanza los 146 si el suelo está mojado, es decir, que se superaría la distancia de un campo de fútbol. Sin embargo la instalación de nuevos radares, sobre todo móviles, desata las críticas de quienes ven en la instalación de los mismos un fin recaudatorio. De hecho, los últimos datos de la DGT revelan que las denuncias por exceso de velocidad en la Comunitat Valenciana superaron en 2016 las 214.000 Es decir, 588 multas al día por pisar el acelerador más de la cuenta. Las multas por exceder de la velocidad permitida pueden alcanzar los 600 euros y la retirada de 6 puntos del carné de conducir.

Así, según datos del Gobierno, el ministerio recaudó 164 millones el pasado año en multas por los radares que controlan el exceso de velocidad en la red viaria española. Cifra que en el caso de la Comunitat Valenciana fue de 10 millones, lo que la convierte en la séptima autonomía que más dinero recaudó por sanciones de radar.

La DGT pone ahora el foco en los puntos negros detectados en carreteras convencionales, aquellas vías que tienen un solo carril de circulación en cada sentido y que no disponen de una separación física entre ambos sentidos. Por ello, además de la instalación de nuevos radares de tramo, la DGT ha realizado esta semana una nueva campaña (que finaliza el domingo) para extremar la vigilancia y control en carreteras secundarias, donde cada año más de 900 personas fallecen en accidente de tráfico.

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