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Análisis

Rajoy agita el granero valenciano

El líder popular espolea con su visita de este fin de semana a serenar un bastión electoral que mantiene una crisis latente en València

Moreno y Bonig, ante los nuevos afiliados. A la izquierda, Amparo Zaragozá muestra su carné junto a su hija. efe/cárdenas

El cordón sanitario impuesto por Génova en los tiempos de Alberto Fabra y los escándalos diarios por corrupción se acabó. El desembarco del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, seis ministros y la cúpula del partido (Cospedal al frente) a partir de hoy durante la XXII reunión interparlamentaria del PP, que reunirá a unas 500 personas en un restaurante de Alboraia, es la mejor prueba de que la dirección nacional ha interiorizado el valor del bastión valenciano (el segundo, después de Madrid) para mejorar sus resultados electorales.

La inestabilidad es el peor escenario para la progresión de un partido y, en este sentido, la visita de Rajoy y la plana mayor popular se produce poco después de que algunos de los nuevos dirigentes del PP (Pablo Casado, Martínez-Maillo y Andrea Levy) confirmaran a la líder del PPCV, Isabel Bonig, como «la mejor candidata». Precisamente, es con este sector más joven de la cúpula con quien la síndica popular en Corts tiene más afinidades.

La interparlamentaria puede interpretarse así como un gesto de reconocimiento hacia Bonig. Más después de su viraje sobre la financiación y la desinversión: de firmar el rechazo «absoluto» a los presupuestos del Estado a desmarcarse de la manifestación.

Pero, por esos anhelos de estabilidad, supone también una llamada de atención a serenar a la familia valenciana y cerrar los conflictos en letargo. Así está la situación en la provincia de València. La puesta en marcha de la gestora encabezada por Rubén Moreno ha apaciguado los ánimos, pero no se puede afirmar que la crisis esté desactivada.

Se verá cuándo se convoque el congreso, pero por ahora los dos aspirantes a la presidencia, Vicente Betoret (el último en ocupar el cargo) y Mª Carmen Contelles (la candidata de Bonig), insisten en liderar el partido.

Fuentes populares aseguran que, pese a la calma lograda por la gestora, persiste en Génova la preocupación porque no se vislumbra una solución definitiva. Y si esta no llega, el PP tendrá un problema en uno de sus graneros de votos.

La reunión, que abrirán hoy Fernando Martínez Maillo, Javier Arenas, Eva Ortiz (número dos del PPCV) y Moreno, y cerrarán mañana Bonig y Rajoy, se produce también en una clima de tensión entre el Consell y Moncloa por la ausencia de una visita oficial del presidente a Ximo Puig. El desencuentro se puede resumir en un choque de intereses: el PP quiere hablar de cooperación y Cataluña, de reto demográfico y estabilidad presupuestaria, y la Generalitat quisiera que la financiación autonómica fuera la protagonista. Puig lamentó ayer que Rajoy solo acuda a actos de partido y Bonig dijo que lo verá en otro momento, pero no ahora.

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