Hay ranas y sapos que pueden hibernar hasta quince años. Y bacterias que lo hacen durante cien. No es lo mismo, claro, pero el PP valenciano tiene desde hace meses en estado de hibernación sus crisis en la provincia de València y en la capital mediante sendas gestoras con visos de prolongarse durante buen tiempo aún. Pero para Génova no es un problema, a la vista de las palabras del coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maillo.

Las dificultades de la formación valenciana «se han resuelto bien» y es «motivo para que estéis contentos». «He venido a daros un abrazo y las gracias porque lo habéis hecho muy bien», dijo en la apertura de la reunión interparlamentaria de los populares, no sin sorpresa de algunos, como señalaban luego en privado.

En todo caso, la postura de Génova rezuma lógica, ya que las gestoras implican mayor control de la dirección central. Además, lo que se vio ayer en el restaurante con vistas al mar de Alboraia en el que se celebra el encuentro es una concordia con la líder autonómica y su equipo que hace pocas semanas parecía impensable. Por entonces volaban globos sondas sobre la búsqueda de un candidato alternativo a Isabel Bonig. Ayer, en cambio, todo eran elogios públicos. De Maillo, Javier Arenas, Dolores de Cospedal o Pablo Casado, por citar algunos.

Claro que el PP de Bonig ha cambiado. Poco tiene que ver el discurso de ayer de la número dos, Eva Ortiz, con la declaración que el partido firmó el pasado mes de abril en las Corts que expresaba el «rechazo absoluto» a los presupuestos del Estado de 2017. Estas cuentas dejaron a la Comunitat Valenciana como la última en el reparto de inversiones per cápita.

Bonig fue llamada a capítulo después de ese documento y del conflicto interno por el liderazgo en la provincia de València.

Por lo visto ayer, la cúpula del PPCV ha asumido que Génova no es comprensiva con los territorios que plantan cara con discursos reivindicativos. Más bien al contrario, suele pasar factura.

Desde este óptica se entiende el mensaje ayer de Ortiz. «Muchas gracias por defender a esta comunidad siempre», pidió que le transmitieran al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que hoy cerrará el encuentro.

La C. Valenciana, sostuvo, «sigue en pie única y exclusivamente por el gobierno de Rajoy. Gracias a él hay inversiones, no por [Ximo] Puig y [Mónica] Oltra». Y destacó el auxilio financiero a través del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) y los recursos aportados para infraestructuras, vivienda, industria, justicia o dependencia.

Las loanzas las acompañó de duros comentarios contra el Gobierno del PSPV y «los radicales y sectarios de Compromís». Le acusó de querer el poder para controlar entidades «donde colocar gente amiga, que pueda expandir sus ideas radicales». «Aspiran a controlar la sociedad del mañana», dijo, a través de dos «obsesiones»: un nuevo modelo educativo y una nueva televisión píublica.

El plurilingüismo del Consell del Botànic fue una de las referencias incluso antes de que saltara la liebre del decreto-ley con el que pretende esquivar trabas jurídicas. El propio Maillo arremetió contra el modelo «pseudonacionalista» en educación y contra el intento de imponer «una senda ideológica contraria a la ley, la moderación y el sentido común».

«Que no se vayan sin pagar»

La vicepresidenta Oltra recurrió a la ironía para replicar: recomendó al restaurante donde se celebra el encuentro que cierre las puertas «y que no se vayan sin pagar, que nosotros tenemos experiencia en lo que tardan», en referencia a la deuda del congreso de 2008 del PP en Feria València.