La jueza de Instrucción número 11 de València dejó en libertad a primera hora de la mañana de ayer a Alejandro R. N., el joven de 24 años detenido al mediodía del lunes, doce horas después de que causase la muerte a una mujer de 48 años, a la que arrolló de madrugada en el acceso a la V-30 desde la pista de Silla, tras lo cual huyó del lugar sin alertar del accidente. El arrestado salió en libertad provisional sin fianza, acusado de un delito de homicidio imprudente.

Alejandro R. N. fue conducido a las ocho de la mañana desde los calabozos del complejo policial de Zapadores a la Ciudad de la Justicia, y compareció enseguida ante la jueza de guardia. El investigado se negó a declarar, de manera que el trámite apenas duró unos minutos. La Fiscalía no pidió prisión, de manera que la jueza dictó el auto de libertad provisional que permitió al joven abandonar la Ciudad de la Justicia poco después de las nueve de la mañana.

Antecedentes por lesiones

Alejandro R. N., tal como adelantó ayer en exclusiva Levante-EMV, tiene una condena anterior, dictada por un juez de lo Penal de València en 2015, por el que se le imponía un año de cárcel por la violenta agresión a un conductor de 61 años, a quien causó graves lesiones en la nariz y en un ojo al propinarle una patada en la cara a través de la ventanilla del coche de la víctima.

El joven, que tenía 21 años cuando ocurrieron los hechos, no llegó a ingresar en prisión porque, al ser su primera condena, la pena quedó en suspenso, condicionada a que no volviese a cometer un delito contra las personas.

Un año después, su exnovia lo denunció por acoso y malos tratos, lo que llevó a que en junio de este año el juez de lo Penal número 4 de València le impusiera una orden de alejamiento que le impedía acercarse o comunicarse con ella durante un periodo de dos años.

Apenas dos semanas después de la entrada en vigor de esa orden de protección hacia la víctima, Alejandro R. N. la rompió en dos ocasiones: una, a través de Facebook y la otra, pasando por la calle donde vive la chica a toda velocidad «y con gesto desafiante», a bordo del mismo coche con el que causó el arrollamiento mortal en la madrugada del lunes. Tras ser denunciado, la policía detuvo a Alejandro por romper la orden de alejamiento, pero ese hecho tampoco le supuso prisión.