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Innovación

Dos valencianos entre los 35 europeos que destaca el MIT

El prestigioso instituto tecnológico incluye a Rubén Costa y Carles García en la lista de los innovadores menores de 35 años más influyentes de Europa

Dos valencianos entre los 35 europeos que destaca el MIT

Carles Garcia y Rubén Costa han sido elegidos por la revista del Massachusetts Institute of Technology (MIT) como dos de los innovadores menores de 35 años más influyentes en la actualidad y que están destinados a cambiar el mundo y la sociedad tal y como la conocemos hoy en día. Ambos valencianos han conseguido un hueco en la clasificación entre más de los mil candidatos que se habían presentado de la veintena de países europeos, en el que también se encuentra el madrileño Eduardo Jorgensen.

Garcia y Costa son -junto al madrileño Eduardo Jorgensen- los únicos representantes españoles que se han colado en esta prestigiosa selección, que ha elegido a los mejores de toda Europa de cinco categorías: inventores, emprendedores, visionarios, humanitarios y pioneros. En palabras del MIT, forman parte de los «35 jóvenes europeos que están a punto de cambiar el mundo con la tecnología».

El químico Rubén Costa ha conseguido fascinar al jurado con su propuesta de iluminación «bio», que pretende jubilar a las actuales luces LED, perjudiciales para la salud y con un alto coste económico para su fabricación y también para el medio ambiente. Este investigador, que ahora dirige un equipo de seis personas en el instituto Imdea Materiales de Madrid después de haber emigrado a Alemania, pretende crear «BIOled» a través de proteínas existentes en la naturaleza. El reto, ahora, es conseguir que estas proteínas sean estables.

Costa afirma que el reconocimiento ha sido «totalmente inesperado» por lo que se puso «muy contento» al recibir esa notificación. Él ha sido incluido en la categoría de los pioneros y asegura que esta mención es diferente a las que ya ha recibido durante su trayectoria, ya que tiene «una dimensión global y social». «Nos lo han dado porque piensan que nuestro trabajo puede cambiar el mundo o nuestra forma de ver la sociedad, tiene una dimensión muy bonita», afirma.

El objetivo de este joven es que toda su investigación y trabajo en el laboratorio no se quede ahí, sino que «pueda marcar la diferencia» en la sociedad.

Por su parte, el anestesista Carles García es uno de los inventores destacados, ya que ha creado Duralock, un sencillo kit médico que evitaría la fuga de líquido cefalorraquídeo cuando la epidural no ha sido administrada de forma muy precisa. Con una mano y en pocos segundos, el facultativo podrá administrar mejor esta anestesia y corregir los posibles desgarros que se produzcan sin querer.

Se trata de un problema que sufren el 2 % de los pacientes que reciben esta inyección. En total, un millón de personas afectadas al año a las que la ruptura de la membrana que recubre las meninges provoca una cefalea post-punción dural que puede durar varios días y que suele estar acompañada de vómitos, rigidez de zonas del cuerpo como el cuello, y alteraciones visuales y auditivas.

Carles Garcia, trabaja en el Hospital Intermutual de Levante, y ha desarrollado la patente junto al Hospital Doctor Peset y Fisabio. Tras conocer el premio, se mostraba ilusionado de poder viajar el próximo miércoles a París, donde el jueves asistirá a la gala que organiza el MIT y, a las otras actividades científicas organizadas. Además, puede que el instituto entregue una mención especial a alguno de los seleccionados.

«Esto supone un paso más en la consecución de algo que puede beneficiar a muchos pacientes en todo el mundo», asegura a este periódico. «Donde vamos, la gente nos aprecia, y eso indica que estamos haciendo algo bien», reconoce el anestesista. Asegura que en París, explicará en qué consiste su invento -que el MIT considera «una solución novedosa», que va más allá de paliar síntomas, ya que «previene un problema»- y, además, podrá hacer networking, y conocer a inversores y a otros desarrolladores.

Ambos trabajos de investigación tienen un potencial alcance muy alto. Como ya publicó Levante-EMV, si el trabajo de Costa avanza, de aquí poco tiempo las pantallas de móviles, ordenadores, televisión y tabletas ya no se basarán en la luz azul, que a pesar de ser imperceptible para el ojo humano, es muy perjudicial.

Por otro lado, García y su equipo ya han realizado pruebas in vitro y en 2018 será el momento de las in vivo. Si funcionan, las complicaciones de las anestesias epidurales podrían ser historia.

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