Todos los informes que maneja la Conselleria de Justicia garantizan la calidad del aire en la Ciutat de la Justicia tras el incendio del pasado domingo. Por eso, ayer se retomó la actividad en el mastodóntico edificio de 114.000 metros cuadrados repartidos en cinco pisos sobre el suelo y dos sótanos.

No obstante, el Tribunal de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJ) decidió paralizar el trabajo a mediodía y hasta las 24.00 horas del próximo lunes «por problemas médicos de los funcionarios», en concreto, molestias en los ojos y en las vías respiratorias y «hasta que no quede garantizada la salubridad y seguridad del edificio por la Conselleria de Justicia».

Ante esto, a última hora de la tarde de ayer, la consellera Gabriela Bravo hizo públicos unos segundos informes del Instituto valenciano de seguridad y salud en el trabajo (Invassat) que avalan que se vuelva a la normalidad en las zonas que el fuego no arrasó. Uno es el informe técnico y el otro es de la Jefatura del Sector de Medicina del Trabajo del Invassat.

Tras una «inspección visual», uno de los dos informes constata que «en ningún tipo de las mediciones efectuadas se supera el valor límite especificado por la normativa de calidad de ambientes interiores». Además, también queda reflejado que en las zonas no afectadas por el fuego (pastilla B y C del edificio) «no se aprecia inconveniente alguno para que se continue con la actividad laboral».

Eso sí, los documentos indican que hay que «ventilar todos los locales» y se debe efectuar una «limpieza exhaustiva, en húmedo y aspiración en caso necesario» para «retirar todo el hollín». «Una vez se den por concluidas dichas tareas, no se aprecia inconveniente para que se reinicie la actividad laboral», matiza uno de los informes.

El Invassat también recomendaba, antes de la apertura, «revisar los sistemas y puertas de protección contra incendios, así como el sistema de climatización y, en especial, los conductos». Unas actuaciones que realizó el servicio de infraestructuras de la conselleria, sin que detectara problemas.

Sólo en el informe elaborado por la empresa Itesel se considera que se sobrepasaron los «valores de confort» solo en caso de los compuestos orgánicos volátiles (COVs) en la zona azul de la sede judicial (la cerrada al público), además de tres pisos de la zona amarilla.

Restos de hollín

A su llegada a la Ciutat de la Justicia, los funcionarios se encontraron con las ventanas cerradas y «un fuerte olor» impregnando todo el ambiente, además del hollín, repartido por los rincones más insospechados, sobre todo cerca del foco del incendio.

En las zonas más alejadas, como la Fiscalía o los juzgados de instrucción y las cinco secciones de la Audiencia Provincial, los efectos del incendio apenas se percibían y los funcionarios pudieron trabajar con normalidad, según confirmaron a este periódico.

No obstante, en otras sí se apreciaban las consecuencias del fuego. «Tocas cualquier papel o sello y está todo lleno de negrilla», explicaba una funcionaria a Levante-EMV con un trapo en la mano. «Algunas zonas las hemos limpiado seis o siete veces desde el domingo, pero la negrilla vuelve a caer, no sé si del techo o del aire acondicionado», lamentaba una trabajadora. Para evitar esto, se han reforzado los servicios de limpieza e Invassat indica la necesidad de sellar «los conductos del sistema de climatización» de la zona calcinada, y así «garantizar que no se difunden contaminantes al ambiente del resto del edificio». Además, habría que reparar el forjado de la planta superior, también afectada.

Según avanzaba la mañana, el hollín en suspensión provocó que el médico de la Mutualidad General Judicial diagnosticara «conjuntivitis y rinofaringitis agudas irritativas» a 35 trabajadores. Según el Invassat, los cuadros médicos fueron «mayoritariamente de tipo irritativo y de carácter leve, sin signos de inflamación evidentes» que no precisaron la prescripción de tratamiento. Un poco más complejos son los casos de los trabajadores que ya padecían algún tipo de afección alérgica o respiratoria y vieron «incrementada su sintomatología», pero ningún caso fue «de gravedad» ni requirió «atención hospitalaria».

Quienes en cualquier casi sí continuan trabajando en el edificio son el personal de limpieza, que cuentan con mascarillas que les proporcionó la conselleria y otras de los forenses, ya que no había suficientes; los agentes de la Guardia Civil y de la empresa privada de seguridad; así como el Registro Civil (para inscripciones de nacimientos, matrimonios, defunciones y licencias de enterramiento) y los juzgados de guardia. Asimismo, se ha habilitado una puerta lateral del edificio para evitar el acceso y tránsito por el vestíbulo.