Las diputadas del parlamento catalán Anna Gabriel y Mireia Vehí fueron ayer identificadas por agentes de la Policía Nacional en la plaza de la Mare de Déu de València minutos antes de participar en el acto de la CUP sobre el referéndum catalán. Según explicaron, los agentes tomaron los datos a todos los participantes ya que el acto no contaba con autorización expresa de la Delegación del Gobierno.

Según les informó la policía, la ausencia de autorización les impedía montar los altavoces y llevar a cabo el acto como estaba previsto, por lo que los portavoces de la CUP leyeron el manifiesto a favor del «sí» en la consulta del próximo 1 de octubre a los periodistas que allí se congregaban. «Es la primera vez que me identifican desde que soy diputada», explicó Gabriel.

La Candidatura de Unitat Popular, CUP, había convocado para ayer distintos actos en las «capitales de los Països Catalans» para «dar comienzo al tramo final» de la campaña a favor del proceso de independencia catalán. Por la tarde, la diputada Gabriel participó en un acto en la Facultat de Geografia e Història de la Universitat de València en el mismo sentido, y afirmó que los alcaldes de esta formación no declararán ante la Fiscalía por colocar urnas el próximo 1 de octubre.

En los aledaños de la facultad aparecieron por la mañana distintas pintadas en las que se amenazaba con «un tiro» a la diputada de la CUP. Aunque fueron limpiadas, los mensajes circularon durante todo el día por las redes sociales, provocando condenas e insultos. «Mientras a mi se me identifica, no se está buscando al autor de esas amenazas de muerte», lamentaba por la mañana la propia Gabriel.

Según informaron fuentes de la CUP, en el resto de ciudades (Palma, Perpinyà y Barcelona) donde estaba convocado el acto, la lectura del manifiesto se desarrolló con «total normalidad». La subdelegación ya advirtió el martes de que la concentración no contaba con autorización, que se debe solicitar diez días antes de la celebración del acto.

Durante el encuentro de la mañana, representantes de la CUP leyeron el manifiesto y aseguraron que «tras la consulta en el principado, nos gustaría que vinieran las del resto de los Països Catalans» «Pronto los ciudadanos y los gobiernos del cambio se darán cuenta de que el estado de las autonomías no nos permite crecer», explicó Gabriel.