El sentimiento nacionalista forma parte del ADN del Bloc. Es cuestión esencial (por poner algunos ejemplos) para aquellos que acuden cada año a la manifestación del Nou d'Octubre, los que no fallan en los Premis Octubre o los que forman parte del Sindicat de Treballadors de l'Ensenyament (Stepv). Para estos grupos, la declaración de la vicepresidenta del Consell y cabeza de cartel de la coalición Compromís, Mónica Oltra, a favor de la retirada de la convocatoria del referéndum del 1 de octubre ha operado como un petardo en un polvorín.
La primera conclusión en la cúpula de la formación después de un fin de semana explosivo es que parte de la militancia le ha dicho a Oltra que ella no es la voz oficial del partido. Que ejerce de líder pero que, a diferencia de lo que puede pasar en el PP o incluso en el PSPV-PSOE, no están esperando a que ella adopte una posición para asumirla como de todos.
El intenso debate en torno a la cuestión catalana revela además que Compromís tiene una reflexión pendiente sobre el nacionalismo. Oltra ha manifestado en más de una entrevista que ella (procedente de la izquierda comunista y voz principal de Iniciativa en la coalición) no lo es, dirigentes de la formación sostienen que este elemento no está tampoco entre sus principios fundacionales, pero el Bloc sí defiende en sus estatutos la soberanía nacional del pueblo valenciano y la posible asociación con el resto de «países» del ámbito lingüístico.
Una tercera conclusión es que los órganos de coordinación a la hora de fijar una posición común sobre un asunto sensible han fallado. El sistema de las consultas en grupos de wasap se ha revelado como insuficiente.
Porque lo sorprendente es que el desencuentro interno (con las conocidas declaraciones públicas de pesos pesados como Enric Morera y Àgueda Micó en contraposición a las de Oltra) se produce sobre una cuestión que se conocía que podía ser muy polémica. La vicepresidenta y líder de Compromís estaba advertida, aseguran fuentes consultadas. En este sentido, las palabras de Oltra no han gustado entre los nacionalistas porque disienten de la posición oficial de la ejecutiva, expresada en un comunicado que ya fue suavizado para no herir ninguna sensibilidad.
Pero de no molestar a pedir la retirada del referéndum soberanista media un trecho. Más cuando la líder del Bloc, Àgueda Micó, o el portavoz de Els Verds, Julià Àlvaro, se manifestaron la pasada semana ante la delegación del Gobierno en València en una protesta con gritos en favor de la independencia. Incluso el que ha sido eurodiputado de Compromís, Jordi Sebastiá, participó la pasada semana en Barcelona en las concentraciones ante el TSJ.
Oltra intentó quitar hierro ayer al roce interno. Se agarró a las distintas almas que confluyen en Compromís. La vicepresidenta indicó que «la diversidad de opiniones» es «un valor y una seña de identidad» de la coalición. Esta «no es una formación política en la que uno habla y los demás pegan la cabotà», recogió Efe. Oltra valoró la idea de Puigdemont de que lo fundamental no es la fecha sino buscar una salida dialogada.
