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Política

Rodríguez quiere optar a líder provincial pero Puig mantiene sus dudas

El portavoz socialista cuenta con la presidencia de la diputación como carta de presentación pero Blanqueries teme otra batalla

Rodríguez quiere optar a líder provincial pero Puig mantiene sus dudas

Misterio socialista disipado en parte. El presidente de la Diputación de València, Jorge Rodríguez, está dispuesto a desmentir la fama que algunos le han puesto en su partido (el PSPV) de jugar solo sobre seguro. El nuevo portavoz de la ejecutiva de los socialistas valencianos quiere disputar a Mercedes Caballero (o lo que es lo mismo, al sector de José Luis Ábalos) la secretaría general de la provincia de València. «No, no lo descarto», respondió ayer al ser preguntado por los periodistas.

¿Por qué no fue más lejos? Porque falta una pieza fundamental en su esquema: el visto bueno (y el apoyo) del líder del PSPV, Ximo Puig.

Rodríguez, que no se ha demostrado en el pasado como persona de fuertes filiaciones a líderes o familias, fue pieza clave en la victoria del secretario general frente a los sanchistas como coordinador de su campaña en las últimas primarias.

El problema ahora, según distintas fuentes consultadas, es que el jefe del Consell no termina de ver clara una operación que implica, en la práctica, repetir la confrontación entre sanchistas y ximistas (un escenario que quería superar) y que no está libre de riesgos. Una derrota, de producirse, sería ofrecida como más de Puig que de Rodríguez. Y el panorama numérico no es sencillo: los sanchistas rascaron un 45 % de votos en la provincia en las citadas primarias, en las que Rafa García perdió con el president.

Claro que hay matices en los cálculos que dan hoy un mapa distinto, aseguran unos y otros. El alcalde de Ontinyent ha abierto camino en las agrupaciones del interior gracias a su principal colaborador en la corporación provincial, Pablo Seguí. Caballero no tendría atados además en este proceso a todos los virreyes sanchistas de l'Horta Sud.

La diputada tiene a su favor el factor Ábalos, poseer ahora el control de la estructura (el secretario de organización del PSOE aún es el líder provincial) y poder enarbolar la figura del recuperado líder federal.

Rodríguez cuenta con el brillo del cargo. La presidencia de la diputación le confiere acceso directo e influencia con los alcaldes.

El blasón que exhibe cada vez que se le pregunta es el del consenso. Sin embargo, ni en el propio grupo de Puig tiene a todos con él a fecha de hoy. Las heridas con Alfred Boix y José Manuel Orengo (con amplio poder en Gandia) continúan abiertas. Y está por ver que el otro gran aspirante a heredar el trono de Puig, el alcalde de Mislata, Carlos Fernández Bielsa, le preste su apoyo. Sin los votos alrededor de estos pesos pesados en la Safor y l'Horta Sud, el triunfo se complicaría para Rodríguez.

Blanqueries insiste a día de hoy en la necesidad de consenso y convergencia entre Puig y Sánchez. Así que, con este contexto, no es descartable incluso la aparición de un tercero (cuarto si se cuenta a Rubén Fenollar, militante que ha anunciado candidatura). Incluso Bielsa no ha desestimado esa posibilidad entre los suyos, aunque parece remota cuando otros han tomado ya la delantera.

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