El empresario investigado junto a Alfonso Grau por un presunto delito de cohecho, negó ayer haber regalado dos relojes al exvicealcalde de València, en una nueva declaración judicial de esta causa que está a punto de finalizar. El contratista del Ayuntamiento de València también se desvinculó en su declaración del exteniente de alcalde de València, con quien no mantenía ninguna relación cercana o de amistad.

La declaración del empresario se enmarca en la bautizada como «Operación Clepsidra» (en homenaje a los relojes de agua perfeccionados por Galileo Galilei) en la que acabaron investigados el empresario y el exvicealcalde Alfonso Grau.

La investigación tuvo su origen en una inspección rutinaria de la Agencia Tributaria a la joyería Rabat de Valencia. Al auditar sus cuentas, descubrieron que, entre otros clientes, se encontraba Grau, quien había gastado una importante cantidad de dinero de 2010 a 2012 en la compra de relojes de alta gama, objeto de culto para el que fue mano derecha de Rita Barberá. Cuando Hacienda se fijó en las compras de Grau, observó que en muchas de ellas había pagado en metálico, lo que disparó las sospechas y auspició un proceso administrativo sancionador por la no tributación de esas cuantías.

La inspección fiscal a Rabat generó, además, una denuncia ante la Fiscalía Anticorrupción, germen de Clepsidra. Los agentes del Grupo de Delitos Económicos de la Guardia Civil comprobaron que Grau recibió del empresario investigado dos relojes: un Breguet Classique, valorado en 13.000 euros, y otro por valor de 12.000 euros.

El primero lo habría devuelto para adquirir un Lange & Söhne de oro valorado en 25.680 euros, para lo cual entregó en efectivo cerca de 9.000 euros, mientras que el segundo lo canjeó por un Vacheron Patrimony con un precio de 16.825 euros, por lo que completó la compra con alrededor de 3.000 euros en metálico. El abogado de Grau estaba ayer autorizado a recoger los dos relojes en el juzgado.