Javier Mariscal (València, 1950) llegó a la Barcelona «underground» de los 70, que compartió con amigos como Nazario y Ocaña. En 1988 engendró a Cobi, una especie de perro que acabaría representando ante todo el mundo a aquella Olimpiada de 1992 en la que aparecieron los primeros carteles de «Catalonia is not Spain». Por razones de trabajo, se ve obligado a viajar mucho, pero pese a ello reconoce no ser ajeno a lo que ocurre en Cataluña. De hecho, fue uno de los que se sumaron al manifiesto contra el 1-O, firmado junto a 960 intelectuales que se autodenominaron de izquierdas. En él figuraban nombres catalanes como el de Rosa Maria Sardà, Isabel Coixet, o el de los escritories Juan Marsé y Ignacio Martínez Pisón. Ha reconocido más de una vez ver con incredulidad los movimientos efectuados por el Gobierno para impedir el referéndum. Según él, es «de locos» frenar el procés con represión.
P Como todo pasa, pasará el 1-O y vendrá el 2-O. ¿Qué quiere usted que ocurra a partir de mañana?
R Que se pongan a trabajar los políticos que para eso les pagamos. Pero también que se pongan a buscar una solución dialogada por respeto a la gran cantidad de catalanes que están pidiendo otra manera de gestionarse.
P Entonces, ¿usted quiere o no quiere referéndum? Porque hace unos días decidió participar en la camapaña sumándose a un manifiesto contra el 1-O, firmado junto a 960 intelectuales autodenominados de izquierdas.
R Yo quiero que haya un referéndum, pero con garantías. Y para eso antes debe haber un debate serio, sin sentimientos ni sentimentalismos. Un debate que lo primero que tiene que aclarar es qué es la independencia, qué quiere decir. Y después que soluciones ofrece la independencia. Y todo eso tiene que hacerse con buen rollo, hablando entre todos, no como se ha hecho ahora. Lo primero que tienen que hacer es que los catalanes sepan qué se va a votar. Como está ahora, si votan, no tienen garantías y uno no sabe qué va a pasar con su voto.
P Supongo que con todos los años que lleva usted viviendo en Cataluña tendrá muchos amigos y conocidos que sí quieren votar hoy...
R Sí, y tengo un gran respeto por ellos. Muchos son independentistas para decir ´yo no me siento español´. Por eso quiero que puedan hacerlo con garantías, sabiendo que su voto va a valer para algo.
P ¿De todo este caos que vive Cataluña se puede sacar alguna cosa buena o no hay nada rescatable?
R Lo más positivo de esta situación es que, por fin, en España se ha planteado como se puede gestionar el país. Y, sobre todo, que lo que se haya planteado sea una república en un sitio en el que tenemos un jefe de Estado, que es el rey, que debería estar ahí por haber sido votado.
P ¿Qué sensación le produce ver por las calles de Barcelona a la Guardia Civil y la Policía Nacional?
R Intentar solucionar esto con más represión es auténticamente de locos. Se debería hablar, discutir, aportar ideas... Pero ¿llenar las calles de policías y guardias civiles? Es de locos.
P De todas formas, eso de haber alojado a los agentes en un barco con un Piolín gigante en la cubierta no se le ocurre ni al Mariscal más irreverente...
R Sí, eso ha sido divertido... Lo que está claro es que, aunque la Generalitat no lo haya planteado bien, aquí el primero que debería haber dimitido o entrar en la cárcel es Mariano Rajoy, porque mientras todo esto se estaba preparando su partido estaba robando y malversando mis impuestos y los de todos para pagar las campañas electorales que le han hecho presidente.
