Fin a la crisis del IVO. La política ha resuelto un conflicto enquistado entre uno de los centros oncológicos de referencia en España y la sanidad pública valenciana a la que asiste desde hace 40 años. El Instituto Valenciano de Oncología (IVO) tendrá lo que quería. Aunque este hospital privado ya no será centro de libre elección para que los pacientes entren directamente, sí contará con un régimen que le garantiza una rapidísima derivación del paciente desde el sistema público. De facto, el centro mantiene la condición de libre elección.

Lo ataron ayer el director general del IVO, Manuel Llombart, y la consellera Montón, bajo la mirada de los colaboradores del presidente Puig, que ha tenido que tutelar el proceso literalmente hasta el final por la ruptura total de confianza entre la titular de Sanidad y su antecesor del PP, hoy al frente del centro.

El pasado 15 de septiembre estalló la crisis. El patronato de la Fundación del IVO decidía renunciar al contratodecidía renunciar al contrato con Sanidad, que ya tenía adjudicado provisionalmente, para la atención integral a 30.000 pacientes por 54 millones.

La razón oficial: dos informes jurídicos (Abogacía e Intervención) de la propia Generalitat ponían en duda la legalidad de la figura jurídica utilizada, una nueva modalidad llamada «acción concertada», cuando para el abogado debió utilizarse un concurso tradicional. El verdadero motivo: el IVO quería presionar, aprovechando estos informes, para mejorar las condiciones del contrato. No era más que un órdago, un pulso político mantenido hasta el final.

Y sin cambiar la letra de la convocatoria, Manuel Llombart lo ha conseguido. Tras dos semanas de máxima tensión entre la Conselleria de Sanidad y el centro, con conflictos a muchos niveles, el patronato de la Fundación volvía a votar anoche para dar vía libre por unanimidad a la formalización de la acción concertada.

La solución definitiva se amasó ayer por la mañana, in extremis, en la víspera del final de la prórroga para firmar el contrato. El director general del IVO, Manuel Llombart, y los patronos Tomás Trénor y Vicente Fontestad, se fueron del Palau de la Generalitat, tras tres horas de reunión, con un documento a modo de borrador que explica cómo se desarrollará la entrada de pacientes en el IVO.

Esa disposición, que será oficial esta semana una vez se formalice el contrato, explicita que los médicos de primaria podrán derivar pacientes al hospital, algo que no incluía el pliego de condiciones del contrato.

También el IVO podrá pedir la autorización para atender a un paciente cuando en el centro de diagnóstico de la calle Estrella se detecte la enfermedad, aunque será la administración la que pilote estas derivaciones, cuyo plazo se fija en 48 horas. Se entiende que con estas líneas maestras, la sanidad pública derivará prácticamente a todo paciente que quiera ser tratado en el centro de referencia.

El de ayer fue otro día largo para deshacer las últimas resistencias del patronato, que el viernes volvió a paralizar una firma que parecía encarrilada. Esa noche, Fundación y Conselleria de Sanidad pactaron un encuentro para esta mañana con los seis miembros del patronato en la conselleria, pero la reunión fue desconvocada.

Presidencia tomó las riendas y trasladó el debate al Palau. Mientras Puig abría la semana de actos del 9 d´Octubre, el secretario autonómico de Presidencia, Andreu Ferrer, y el jefe de gabinete, Arcadi España, hacían de anfitriones de un nuevo encuentro.

No fue convocado todo el patronato, ni siquiera el presidente, Antonio Llombart, tío del director general y que ha tenido una interlocución fluida con Presidencia en esta crisis. Puig no quiso dejar margen a más malentendidos y convocó al propio director general y dos de sus aliados en el patronato: el vicepresidente, Tomás Trenor, y el empresario Vicente Fontestad. El jefe del Consell se había visto cara a cara con estos dos últimos el jueves. Todo parecía encarrilado, pero tras otra reunión con la consellera el viernes, al patronato le surgieron nuevas dudas.

Ayer, todo quedó claro. Tras tres horas de negociación con la consellera Carmen Montón, su número dos, Narcís Vázquez, y el subsecretario Ricardo Campos, Llombart salía de la plaza Manises con el papel que garantizaba el sí del IVO para mantener la colaboración que sostiene con la Generalitat desde hace 40 años.