El plan Renhata de la Conselleria de Vivienda -por el que se concedía una ayuda para reformar cocina y baños en fincas con unas características determinadas- fue un éxito, aunque el presupuesto de tres millones de euros se agotara con rapidez.

Sin embargo, el plan llegó a 863 familias que han podido reformar el baño, la cocina o adaptar sus viviendas a las condiciones necesarias de accesibilidad, y la consellera Maria José Salvador está dispuesta a repetir el programa, tal como anunció hace meses, eso sí, mejorando algunas de las partes del mismo que han generado mayor crítica.

Por ello, de entrada se ampliará el presupuesto «para que las ayudas lleguen a más gente» y, por otra parte, se incluirán «mejoras para eliminar las posibles incidencias que se han detectado en esta primera convocatoria».

«Entre las medidas que se están planteando, está la de ampliar la ayuda básica de 300/500 euros para poder compensar también el coste del técnico colaborador necesario para pedir las ayudas» y, por otro lado, «se estudiarán mecanismos para permitir que aquellos que se han quedado fuera en esta convocatoria por falta de presupuesto puedan optar también en la próxima de 2018».

Y es que de las 1.769 solicitudes presentadas en el primer y pionero plan Renhata solo 863 han recibido la ayuda,181 se denegaron por incumplir los requisitos pero otras 725 se quedaron fuera porque lo que no quedaba era dinero.

Los solicitantes que cumplían los requisitos, reunieron la documentación y se quedaron fuera del programa por falta de presupuesto fijaron la crítica en uno de los trámites a los que obligaba el proceso y que consistía en pagarle a un técnico asociado, a elegir entre una serie de empresas.

Según explicaron fuentes de la Conselleria de Vivienda, tras conocer estas críticas de usuarios «estas ayudas se debían solicitar y supervisar por un técnico autorizado. La tramitación se dividió en dos fases: una de solicitud inicial -donde el técnico prepara los documentos para solicitar la ayuda- y otra solicitud definitiva cuando, una vez se ha concedido la ayuda, el técnico realiza las tareas de revisión, inspección, certificación de obra, etc. El sistema está pensado para que los que no reciban la ayuda no tengan que pagar la segunda fase de honorarios del técnico contratado. Los honorarios de los técnicos podrían situarse en un 4 % del presupuesto protegible de la actuación».

Compuestos y sin prestación

Sin embargo, el procedimiento no fue como había previsto la conselleria y hubo quien pagó al técnico pertinente (cantidades que oscilaban entre los 200 y los 500 euros) pero que luego se quedaron sin recibir la prestación. Un grupo de afectados, liderados por Providencia JiménezProvidencia Jiménez, exigieron a la conselleria que solucionara ese problema para convocatorias posteriores y que les permitieran presentarse a la del año siguiente para no perder «una ayuda por la que hemos pagado a un técnico y a la que tenemos derecho porque cumplimos los requisitos, que no eran fáciles». Y en esas está la Conselleria de Vivienda.

Salvador -que anunció la continuidad del plan Renhata tras el encuentro que mantuvo ayer con la Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos (Ascer), junto con la directora general de Vivienda, Rebeca Torró - también destacó que los objetivos del plan «se han cumplido y han superado incluso las expectativas iniciales, lo que demuestra que este plan era necesario».

Además, la consellera explicó que «no solo se han beneficiado las familias que han podido mejorar la habitabilidad de sus viviendas sino también se ha conseguido revitalizar la economía y reactivar el sector de la construcción tan afectado por la crisis, así como todos sus subsectores».