El traslado de la sede social de Banco Sabadell de Barcelona a Alicante en plena crisis secesionista sitúa a la entidad de Josep Oliu en el centro de su eje principal, el arco mediterráneo. La entidad fundada en 1881 por empresarios y comerciantes de Sabadell, tiene hoy el 63% de su red comercial entre Cataluña (577 oficinas), C. Valenciana (331) baleares (57), Murcia (130) y Andalucía (137).

El crecimiento de los últimos años ha situado a la entidad vallesana como la cuarta de España: por activos totales (217.458 millones) superó recientemente a Bankia en el ránking; solo por detrás de los dos gigantes (Santander y BBVA) y CaixaBank, tercero en el escalafón con 378.684.

También es el cuarto en créditos, con 150.013 millones prestados; misma posición que ocupa en fondos propios, recursos de clientes, fondos de inversión, oficinas y empleados. Bankia solo le supera en beneficio neto acumulado, donde el Sabadell cuenta 451 millones, todo ello con datos al cierre del segundo trimestre de 2017.

Pese a la presión independentista, la salida social del Sabadell de su autonomía no es un salto al vacío. El Sabadell dejó de ser un banco catalán hace tiempo. Hoy, España 'solo' representa el 68% del negocio crediticio de la entidad (el 24% en Reino Unido y el 8%, en América). Dentro del país, Cataluña sí acapara el 26% del negocio, pero en el conjunto, la región cae al 15%.

La pérdida de peso de Cataluña se debe, básicamente, a la expansión de la entidad de los últimos años. El Sabadell se fue de compras. En 2001, año de la salida a bolsa, comenzó a crecer en el norte de España con la compra de Banco Herrero, de gran implantación en Oviedo y también en León.

En 2003 se queda con Banco Atlántico, con sede en Barcelona; en 2006 refuerza la división de banca privada con Banco Urquijo; en 2010 lanza una OPA por el 100% de Banco Guipuzcoano y entre 2012 y 2013 consolida el salto de mediano a gran banco español con la adquisición de Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), y la red de Caixa Penedès y Banco Gallego.

Este banco, uno de los más activos de la década, ha crecido también por fuera. Lo más importante es la reciente adquisición del británico TSB en 2015, al tiempo que ha entrado en México al obtener la licencia comercial. La gran operación de TSB parece poner fin al apetito del banco, tras adquirir Mellon United Bank, Lydian Private Bank y JGB Bank entre 2008- 2014.