El reciente anuncio por parte de la entidad financiera catalana, Caixabank, en el que comunicaba el traslado de su sede social a València, ha traído consigo, no solo la alegría por parte de los entes públicos recaudatorios, que verán cómo engrosan las arcas públicas por los impuestos autonómicos y locales, sino la tranquilidad entre sus clientes valencianos que ven este movimiento como una buena noticia.

Debido a la incertidumbre política que se respira en Cataluña con motivo de la posible Declaración Unilateral de Independencia por parte del Govern de la Generalitat Catalana, las principales entidades bancarias catalanas, Caixabank y Banco Sabadell, han decidido trasladar sus sedes a València y Alicante, respectivamente. El motivo es garantizar su continuidad bajo el paraguas del Banco Central Europeo ante cualquier posible escenario.

Este movimiento permite que los clientes de Caixabank se sientan más seguros con respecto a sus depósitos y, de paso, que traiga consigo una aportación nada desdeñable al erario público.

«Será bueno para la ciudad»

De esta opinión es Ignacio Martínez, cliente de este banco, y que cree que el cambio de la sede social de Caixabank «es bueno para la ciudad» y asegura que entre los ahorradores «había algo de miedo por la posible pérdida del dinero» tras una declaración de independencia de Cataluña, por lo que ve con buenos ojos el cambio de la sede. Ignacio, que conoció la decisión de la entidad por los medios de comunicación, seguirá «a la expectativa» de los próximos acontecimientos.

Por su parte, Pedro Vizcaíno, también cliente de Caixabank, aunque cree que «es bueno para la Comunitat Valenciana porque nos traerá más dinero», se mostraba bastante tranquilo con respecto al entorno de inseguridad política. «No me ha afectado especialmente, creo que ya nos hemos acostumbrado a las jugarretas de los bancos», explicó.

Con respecto a los ingresos que se desprenderán de esta operación, para Isidro Pastor, «no cambiarán mucho el panorama puesto que el grueso de la recaudación se destina a nivel nacional». En su opinión, son «lógicas» las decisiones de cambio puesto que Cataluña no ofrece ahora mismo «una estabilidad para las empresas».

Para Jorge Gilabert, quien es usuario de Caixabank, tampoco considera que este traslado vaya a tener una gran repercusión en la recaudación de impuestos. Bajo su punto de vista esta decisión tiene más un impacto «simbólico», por lo que supone el éxodo de empresas catalanas hacia el resto del territorio español, que lo que puede influir en el día a día de los usuarios de la banca. Aunque eso sí, reconoce que esta situación le generaba una «leve inquietud» y que «prefiere» que la sede social de su banco esté en València.

En este mismo sentido se expresaba Juan Beneito, quien tiene una parte de sus ahorros en la entidad catalana. Aunque «no estaba especialmente preocupado» cree que es una «buena decisión» el traslado de la corporación porque «infunde más estabilidad y tranquilidad».

«Era una decisión necesaria»

Fuentes cercanas a trabajadores de la entidad explicaron a Levante-EMV que la decisión de trasladar la sede social de Caixabank era «algo necesario por un tema de supervivencia». Esto se debe a que, en el hipotético caso de una independencia catalana, el banco se encontraría fuera del amparo sistema bancario europeo «y entonces no habría ningún tipo de garantía con respecto a los depósitos», explicaban.

Según fueron informados los empleados de la entidad por la dirección de Caixabank, este desplazamiento de la sede «obedece a la necesidad de mantener una protección jurídica de las operaciones financieras y de evitar la incertidumbre entre accionistas, clientes y los propios trabajadores de la empresa». También dejaron claro a la plantilla que no se van a producir cambios en ella ni que los trabajadores vayan a ser trasladados por este motivo.

Además, los empleados han vivido de primera mano la inquietud entre los usuarios de las sucursales. «Sí que había bastante nerviosismo entre los clientes, sobre todo en el breve transcurso de tiempo que hubo entre el anuncio del cambio de sede del Banco Sabadell hasta que se anunció el de nuestra entidad», comentaban estas fuentes.

Con respecto a si ha habido algún tipo de fuga masiva de capitales, al parecer no se ha dado «ningún movimiento de mucha envergadura». «Sí que ha habido gente que sacó dinero, pero nada llamativo», recalcaban. Esto se ha debido, en parte, a la rapidez de actuación de Caixabank, que no ha querido esperar a una posible declaración de independencia por parte del presidente de la Generalitat catalana el próximo martes.