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Análisis

Más presión por el corredor

La Comunitat Valenciana gana dos poderosos aliados con CaixaBank y Banco Sabadell para reclamar la infraestructura en Madrid

Más presión por el corredor

Los poderes financieros, económicos y políticos de la Comunitat Valenciana han ganado dos poderosos aliados ante Madrid y el Gobierno central a la hora de reclamar dos infraestructuras básicas para los valencianos: el corredor mediterráneo y el AVE Barcelona-València.

Se trata de Caixabank y Banco Sabadell, que acaban de trasladar sus sedes centrales y corporativas a València y Alicante, respectivamente. De esta manera, la Comunitat se convierte en la sede de tres de los cinco primeros bancos de España, al margen de Santander y BBVA.

El poder de presión ante la administración central de València a la hora de reclamar al Ministerio de Fomento ambas infraestructuras crece de forma exponencial. Sin duda, ambas entidades bancarias verían reforzados sus intereses en todo el Arco Mediterráneo y en Europa con estas dos obras emblemáticas.

Además, a finales del año pasado un estudio de CaixaBank Research presentado por el entonces director regional de la entidad Bibiano Martínez y por el economista jefe y director corporativo de planificación estratégica y estudios Enric Fernández calificaba de «clamor» la «indefinición actual» del corredor mediterráneo.

En concreto, José Antonio Herce, director técnico de este informe dedicado a la economía valenciana concluía que «las carencias» en materia de infraestructuras «son paralelas a los problemas de financiación de la región en el marco autonómico general de los últimos años».

También, a la hora de decantarse CaixaBank por València, un grupo de consejeros de la entidad bancaria liderados por Juan Rosell, presidente de la CEOE, defendió vehemente a la capital valenciana frente a otras ciudades que aspiraban a ser sede.

En esta línea, Federico Félix, presidente de la Fundación Pro AVE, recordaba ayer en Levante-EMV que el pasado 3 de octubre se celebró en Madrid el gran acto central de la campaña reivindicativa del corredor mediterráneo, en el que estuvieron presentes cerca de 1.500 empresarios de toda España.

En primera línea reclamando esta infraestructura ferroviaria junto al Ministro de Fomento Íñigo de la Serna estaban el presidente de Bankia José Ignacio Goirigolzarri y el propio Rosell, como presidente de CEOE pero también como consejero de CaixaBank. El jefe de la patronal española se ha referido al corredor mediterráneo como un proyecto «imprescindible y necesario».

Por tanto, efectivamente los poderes políticos y económicos valencianos van a encontrar en estos grandes grupos bancarios dos nuevos aliados a la hora de reclamar más inversiones para la Comunitat Valenciana. Por ende, entre los beneficios indirectos de acoger a estos emporios, que sitúan a València como la posible city financiera de España, se encuentra la proyección nacional e internacional que consigue el cap i casal como plaza para hacer negocios e invertir en banca, Bolsa y empresas. Por tanto, la marca València se asociará también al business y las finanzas junto al turismo y la industria.

El tren de la competitividad

Ayer, en una información publicada por este diario, la patronal valenciana CEV alertaba de que la falta de conexiones con Barcelona, mediante la alta velocidad, y entre las principales capitales de la Comunitat entre sí, lastran el crecimiento económico valenciano e impide competir al territorio autonómico con otras plazas como Madrid a la hora de captar inversores y empresas que planean dejar Cataluña en caso de que se declare la independencia.

Sin embargo, la crítica de CEV y, por ejemplo, de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), es más profunda y denuncia que la falta de competitividad valenciana debe superarse para atraer capitales y negocios de todo el mundo, y para ello, hay que corregir «los déficits» estructurales en inversiones, carreteras y ferrocarril que sufre.

El canal elcorredormediterraneo.com recuerda una serie de cifras abrumadoras que obligan desde ya al Gobierno central a ponerlo en su agenda como primera tarea en materia de transportes y a terminarlo. Las comunidades autónomas que reclaman el corredor del Mediterráneo -Andalucía, Murcia, Comunitat Valenciana y Cataluña- aportan el 50 % de la población española, el 45 % del PIB del país, el 47 % del tejido productivo, el 46 % del empleo, el 51 % de la exportación de bienes, el 63 % del tráfico de mercancías portuarias y suponen el 7º puesto de importancia por PIB en la UE.

Por ende, el ahorro en tiempo, que se producirá cuando esté en marcha es apabullante: la doble plataforma de alta velocidad conectará Barcelona, València y Alicante en 3 horas o menos, frente a las 5 horas y 35 minutos que se precisan ahora.

Con un matiz fundamental, la red transeuropea a la que se unirá el corredor mediterráneo vertebrará Europa de Norte a Sur: 3.500 kilómetros que concentrarán el 54 % de los habitantes y el 66 % del producto interior de la Unión Europea. ¿Quién no quiere subirse a ese tren mediterráneo? Desde luego todos los agentes económicos y financieros quieren hacerlo porque facilitaría la expansión de las exportaciones; permitirá atraer nuevas inversiones al mejorarse la conectividad con el centro y norte de Europa.

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