El presidente de la Interagrupación de Fallas, Jesús Hernández Motes, uno de los más críticos con la política festiva del Govern de la Nau y en concreto del concejal Pere Fuset, se dejó ver durante el 9 d´Octubre en la manifestación ilegal anticatalanista convocada por grupos de extrema derecha, concentración que acabó con graves incidentes y la intervención de los antidisturbios. Junto a él estaba Pedro Pons, vicepresidente de la Interagrupación y persona que en algún momento ha llegado a cuestionar a Fuset por su orientación sexual.

El propio Hernández Motes aseguró a este periódico que su participación en la concentración fue a título individual, pues no tiene, dice, afiliación a ninguno de estos partidos. «Yo estaba allí como ciudadano valenciano y español. No soy militante de nada, pero estoy harto de oir hablar de los Països Catalans», explicó a Levante-EMV.

Motes aseguró que era su primera manifestación y que fue solo y no se movió ni a un lado ni a otro cuando se produjeron los incidentes. En este sentido, el presidente de la Interagrupación de Fallas dijo rechazar cualquier forma de violencia y restó importancia a los altercados, dos escaramuzas, dice, «provocadas por los Yomus».

«Soy el primero que condena esas actuaciones» porque «las cosas no se arreglan así», alegaba Hernández Motes. «Quitando un grupo de 40 o 50 locos, a los que no se les puede llamar de otra manera, hubo respeto. Era totalmente pacífica», agregó.

Respecto a la posibilidad de que esta foto le marque dentro del mundo fallero, Motes aseguró que si eso pasa, «se van a equivocar».

La realidad, sin embargo, es otra. Para el concejal de Fiestas, Pere Fuset, la presencia de los dirigentes de la Interagrupación de Fallas en la concentración de extrema derecha «es una imagen triste para los falleros», ya que «no se puede permitir que nadie asocie la imagen de una fiesta plural y diversa con una violencia que todos los demócratas hemos de condenar».

El también presidente de la Junta Central Fallera, confía en los falleros para «defender la fiesta y desvincularse de cualquier violencia física o verbal en una ciudad donde todos tenemos cabida y podemos defender nuestras ideas sin violencia».

En términos generales, Pere Fuset lamentó que la fiesta del 9 d´Octubre se viera salpicada por la violencia de la extrema derecha.