Los dictámenes europeos suelen ser inocuos, diplomáticos y alérgicos a las polémicas en aras del consenso. Pero el dictamen aprobado ayer por el Comité de las Regiones incluye varios misiles a la línea de flotación del centralismo radial que practica desde hace décadas el Ministerio de Fomento. El corredor mediterráneo, un eje transversal y litoral, es una de los grandes infraestructuras damnificadas de esta política centralista.

Por ello el dictamen apunta que a las redes transeuropeas les falta «una coordinación eficaz y una articulación de las inversiones principales en el sector del transporte a escala europea, nacional y regional». Un defecto provocado porque, se apunta en el documento, «no se ha tenido en cuenta a los entes regionales para la gestión y la ejecución del Mecanismo Conectar Europa, lo que limita las posibilidades de evaluar el valo añadido, la coherencia y la complementariedad de las inversiones previstas».

Por ello, desde el Comité de las Regiones recomiendan a la Comisión Europea la «conveniencia de concentrar los fondos disponibles sobre todo en lo prioritario de la primera red básica», como el corredor mediterráneo, que ha visto pasar las inversiones en los últimos años (sobre todo al sur de Tarragona) sin que se destinara la suficiente inversión o, incluso, permitiendo que caducaran las declaraciones de impacto ambiental, lo que obliga a empezar de cero en la tramitación de los estudios informativos.

Por ello, el dictamen también propone a la Agenda Urbana Europea «convocar un partenariado sobre los nodos de transportes complementario al que ya existe en movilidad urbana para analizar el paso de las redes transeuropeas de transporte por los nodos urbanos y metropolitanos» del que podría beneficiarse el Parque Central de València, también perjudicado por los retrasos en el inicio de las obras. Por último, también se insta a la Unión Europea a implantar el ancho europeo en toda la red de ferrocarriles.