Después de tres largos años de instrucción y de pasar 17 días en prisión provisional hasta pagar una fianza de 40.000 euros, la médico de Enguera acusada de organizar una trama fraudulenta con recetas falsas junto a su hermana, farmacéutica en Teruel, ha sido absuelta de todos los cargos.

El fiscal decidió retirar la acusación contra Rosa Carmen A. G., exedil del PP de Enguera, y contra un tercer acusado, dueño de una parafarmacia en esta misma localidad, al asumir toda la responsabilidad la hermana de ésta, quien ha sido condenada a un año y ocho meses de cárcel y a pagar una multa de 3.600 euros por los delitos de estafa y falsedad documental.

La sentencia de la Audiencia Provincial de Teruel considera probado que la única condenada, que ejercía como farmacéutica en la localidad de Palomar de Arroyos realizó una actividad fraudulenta con recetas falsas, entre finales de 2011 y principios de 2014, a espaldas de su hermana. Aunque la firma de la facultativa de Enguera figuraba en estas recetas en formato papel, la sala considera que eran selladas y firmadas en blanco y que posteriormente eran escrituradas por la ahora condenada.

Las citadas recetas eran prescritas a personas reales del entorno familiar o vecinal de las acusadas, aunque era una mera treta para retirar el cupón de los envases farmacéuticos con el que facturar de forma indebida los mismos a la sanidad pública.

El fraude al Servicio Aragonés de Salud probado con este juicio asciende finalmente a 22.090 euros, aunque inicialmente en la llamada «Operación Pharmakon», con la que la Guardia Civil desmanteló esta trama, se hablaba de hasta 150.000 euros.

Concretamente se llegaron a facturar 274 recetas falsas, sin el conocimiento de Rosa Carmen A., a la sanidad aragonesa por un montante de 8.700 euros. De ellas 267 fueron redactadas de forma manual y corresponden a 17 talonarios de recetas diferentes. Curiosamente, como así refleja la sentencia, dichos fármacos eran de un precio que rondaba el triple de la media.

De igual modo tampoco eran viables las fechas de prescripción y la cantidad de medicamento destinado a un mismo paciente. «Si los pacientes consignados en las recetas hubiesen realmente sido usuarios o consumidores de los fármacos, habrían sido víctimas de verdaderas situaciones de contraindicación o de redundancia», aclara el fallo.

Asimismo, en la parafarmacia de Enguera registrada por la Guardia Civil en mayo de 2014 se encontraron envases de productos farmacéuticos sin su cupón precinto, que habían sido cargados al Servicio Aragonés de Salud sin que realmente hubieran sido dispensados a paciente alguno. El importe de los mismos era de 3.475 euros.

Por otra parte, también se ha probado el fraude mediante la llamada receta electrónica, ya que la condenada utilizaba datos de pacientes o usuarios reales y autoexpedía a nombre de éstos fármacos, sin su conocimiento ni consentimiento, para poder cobrarlos también indebidamente. Con este método obtuvo 9.915 euros.

La farmacéutica ha abonado ya los 22.000 euros defraudados y ha aceptado una pena de un año y ocho meses de cárcel. Su hermana, defendida por el letrado Julio Sánchez, se enfrentaba a cinco años de prisión e inhabilitación como médico, pero el fiscal decidió retirar la acusación y ha sido absuelta. Ahora reclamará por el calvario vivido durante estos tres años, en los que fue encarcelada, la despidieron de su puesto de trabajo y le embargaron el sueldo.