Fueron los niños de la polio. La vacuna contra el virus, aquel famoso terrón de azúcar que les inmunizaba, no les llegó a tiempo bajo un régimen que negaba la más que evidente epidemia. Los que no sucumbieron a la parálisis muscular, quedaron marcados de por vida con secuelas en sus extremidades de las que, sin embargo, se repusieron para llevar una vida «normal». Pese a que ellos siempre han querido dejar atrás la enfermedad, el virus no ha querido dejarles a ellos. «Ahora, cuando hemos ido cumpliendo los 50 años, todos hemos sufrido un declive muy importante. Los que caminábamos ya no lo hacemos y tenemos unos dolores terribles».

Es el conocido como síndrome postpolio, una enfermedad neurológica rara que afecta a entre el 20 y el 80 % de las personas que, en su día, se infectaron con el virus. En la mayoría de los casos y según verbalizó ayer Teresa Salort, presidenta de la Associació de Pólio i Postpólio de la Comunitat Valenciana, ha llegado «sin avisar. No lo sabíamos. Pensábamos que de pequeños habíamos pasado lo peor, pero no».

Se calcula, según datos de la asociación valenciana, que en España hay cerca de 40.000 afectados por la polio, más de 2.150 reconocidos como tales en el sistema valenciano de salud «y la gran mayoría nacidos entre 1950 y 1965», año en que comenzó a regularizarse la inoculación de la vacuna.

Información para los médicos

De ellos, unos 70 afectados crearon el año pasado la asociación valenciana para dar visibilidad a los problemas que ahora les han sobrevenido con el síndrome postpolio. «La polio es una enfermedad del pasado en España pero los supervivientes aún estamos aquí», reclamó la presidenta de la asociación en las primeras jornadas sobre la enfermedad y el síndrome que celebró ayer el colectivo en el hospital de la Malvarrosa el centro en el que la mayoría fueron atendidos de pequeños.

Ellos quisieron olvidar lo sufrido y «nuestro olvido también fue de la sociedad y de las instituciones. Ahora ya nadie se acuerda de la gran epidemia», por eso ahora reclaman más formación e información para los facultativos de Atención Primaria para que sepan cómo tratarlos y cómo detectar el síndrome postpolio que cursa con fatiga, debilidad muscular progresiva y dolor.

«Reclamamos que se nos derive directamente al neurólogo porque lo que estamos sufriendo es una enfermedad neurodegenerativa», aseguró la presidenta que también pidió una unidad multidisciplinar.

La Conselleria de Sanidad, que ayer estuvo representada en las jornadas por el subdirector de Planificación Asistencial, Carlos Fluixá, está desarrollando un protocolo de actuación para llegar a un diagnóstico correcto que evite, precisamente esas «idas y venidas» entre especialistas cuando los afectados van al médico por el síndrome postpolio que, según Salort está provocando «depresiones severas».