Casi un centenar de colegios en la Comunitat Valenciana aún tienen amianto en sus tejados. La retirada de uralitas y fibrocementos, entre cuyos componentes se encuentra este peligroso mineral, continúa su marcha, pero en las provincias de Valencia y Alicante sigue habiendo 98 escuelas pendientes del adiós a unos techos fabricados con un material maleable cuya descomposición en fibras puede causar graves perjuicios para la salud. Algo que ya no ocurre en Castelló, donde estos elementos han sido retirados en todos los centros educativos.
Valencia es la provincia que más colegios con fibrocemento acumula con 54, pero esto no quiere decir que la Conselleria de Educación, Investigación, Cultura y Deporte no esté trabajando en la retirada de estos elementos. Entre julio de 2015 y agosto de 2017, la dirección territorial de Educación sustituyó la uralita en 73 escuelas. Para el curso 2017-2018, hay previsión de quitar el fibrocemento en 46 colegios de la provincia, mientras que en 2019 están previstas obras en ocho centros.
La provincia de Alicante cuenta con 46 colegios con amianto, de los cuales 13 serán restaurados en Navidad y Pascua, y diez más efectuarán la extracción de la uralita a lo largo del verano del año que viene. En el resto de centros alicantinos está previsto actuar en 2019.
La peligrosidad de este mineral, obliga a realizar las obras en las épocas sin actividad escolar, por eso se aprovechan las vacaciones de los pequeños para retirar la uralita. Y es que cuando la fibra de amianto se libera en el aire puede llegar a los pulmones de la gente siendo la primera causa de cáncer ocupacional entre los trabajadores europeos.
Ante este problema, la comisión «Fibrociment? No, gràcies!», integrada por la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos, la Federació d'Ensenyament de CCOO del País Valencià, Esquerra Unida y la Asociación de Víctimas del Amianto, ha ayudado a dar a conocer la importancia de retirar este material de los tejados de los colegios, que desde 2002 está prohibido en España. «Queremos la retirada del amianto como medida de seguridad y salud laboral y educativa. Por eso pedimos un plan, un calendario y un presupuesto específico. No solo hay que tener voluntad política, sino manifestarlo con acciones reales», explica Pau Díaz, representante del grupo de Comisiones Obreras (CCOO) del personal docente y miembro de la plataforma.
A pesar de que el colectivo encontró «receptividad» por parte de la conselleria con el nuevo gobierno valenciano, siguen reivindicando la retirada porque «el director territorial de Educación, Antonio Estañan, me confirmó que no tenían un calendario, que lo incluyen dentro del plan de infraestructuras, y sin nada específico, no podemos deshacernos de la comisión», explica Díaz.
Conselleria tiene «sus plazos»
Por su parte, fuentes de la conselleria aseguran que tienen un calendario hecho, pero que en ocasiones no se puede cumplir porque la brevedad de los periodos vacacionales hace que haya obras que se pospongan a los siguientes descansos académicos. Además, rememoran la herencia del mandato anterior.
Hay que recordar que la Unión Europea obligó a las administraciones a elaborar un listado público de las edificaciones con amianto. El Partido Popular, entonces al mando, retrasó su difusión hasta casi al final de su legislatura, cuando el Tribunal Superior de Justicia valenciano ordenó su publicación.
Desde la comisión antifibrocemento creen que «hay que priorizar aquellos colegios con más riesgos», especialmente aquellos que «50 años después de su construcción empiezan a deteriorarse», señala Pau Díaz. Sin embargo, según la plataforma los centros que se movilizaron primero, como el CEIP Ciutat de Bolònia o el Vicente Blasco Ibáñez de València, han conseguido antes la retirada del fibrocemento.
