El delegado del Ejecutivo en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Moragues, calificó ayer de «insostenibles» las cuentas de la Generalitat para 2018 «si no fuera por el apoyo del Gobierno» y alertó del «engaño deliberado» que cree que supone la partida reivindicativa de 1.325 millones de euros, incluida por tercer año para denunciar la infrafinanciación a pesar de que no existe compromiso por parte de Gobierno de esa transferencia.

El también exconseller de Hacienda calificó de preocupante la previsión del actual responsable del departamento, Vicent Soler, de que el déficit se sitúe en el 1,7 % en 2018, por encima del 0,4 % autorizado. Se trata de algo que genera «inestabilidad», según el representante del Gobierno en la Comunitat Valenciana.

«Son unos presupuestos políticos para contentar a sus socios de gobierno», aseguró Moragues al ser preguntado por la ley de presupuestos que fue presentada hace dos días. Se sitúan en un total de 19.956 millones, con un aumento del 12,6 % respecto a las cuentas de 2017, e incluyen un año más los 1.325 millones «reivindicativos» para acercar a la Comunitat a la media de otras comunidades.

Respecto a esta partida, el delegado subrayó que es la propia Generalitat quien la pone y acto seguido la quita de los planes económicos, financieros y de ajuste. «Demuestra que es una argucia, un engaño deliberado que se hace de forma voluntaria», enfatizó. Así, vaticinó que, como ha ocurrido este año, habrá niveles bajos de ejecución de los presupuestos.

El delegado del Gobierno criticó que el aumento de ingresos (2.000 millones) no se dediquen a bajar impuestos de los valencianos y que en cambio, la Generalitat cree una administración sobredimensionada. Ha puesto dos ejemplos: «el nivel de asesores y altos cargos» y la situación de la nueva radiotelevisión pública À Punt.