En plena ofensiva del PPCV para situar a Compromís en el espacio más radical e independentista del tablero político valenciano aprovechando los vientos soberanistas que soplan de Cataluña, la coalición que lidera Mónica Oltra se ha agarrado con fuerza a la bandera del valencianismo reivindicativo contra Madrid, donde precisamente gobiernan los populares.

La imagen, ayer, de los cuatro pesos pesados de la coalición, los portavoces del Bloc, Iniciativa, els Verds y Gent de Compromís, entre cifras y mapas de exaltación de la infrafinanciación de los valencianos y con la diana permanentemente puesta en el ninguneo de Madrid hacia los problemas del territorio, ya tenía fuerza por sí sola.

La foto coincidía en el tiempo con la publicación de datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), cuyos estudios sitúan desde hace tiempo a la coalición naranja como la formación preferida por los valencianos a la hora de defender sus intereses, una bandera que precisamente la coalición logró arrebatar al PP y a la que ayer se agarró.

Una reivindicación que podría subir de grado. Si la vicepresidenta Oltra ha defendido la necesidad de montar un «pollo» en Madrid para visibilizar el problema valenciano de la infrafinanciación y la falta de infraestructuras, ayer en la presentación de la propuesta de Compromís por un finançament just, una de las frases más jugosas la pronunció la lideresa del Bloc (el principal partido en Compromís), Àgueda Micó, que llamó a los valencianos a convertirse «en un problema para Madrid».

Una bandera que Compromís aspira a hacer bien visible el próximo 18 de noviembre en la manifestación para exigir un trato justo y a la que se han sumado finalmente los empresarios y Ciudadanos, todo un golpe político para el PP.

Una reivindicación a la que también se agarra el PSPV, que a su vez ha puesto en marcha su propia campaña en defensa de un trato justo, aunque según Compromís no habrá choque con el socio por esta cuestión, porque en el espacio de reivindicación caben todos, aseguran. Pero Compromís parece que ha hecho más camino a la hora de llevar la reclamación al ámbito municipal. Suma ya 200 actos, otros 70 de recogida de firmas en mercados y ha promovido mociones de apoyo a la financiación justa en 216 ayuntamientos.

Por eso, desde Compromís arrecian críticas al PP cuya presidenta Isabel Bonig se manifestó en Barcelona por la unidad de España mientras evita hacerlo en València porque dice que es tiempo de negociación y no de pancartas. Una contradicción según la coalición: «Uno no vende la tierra por la que camina su pueblo», lanzó Oltra.

Mientras, como novedad en el debate sobre la reforma del modelo de financiación, Compromís puso ayer sobre la mesa una nueva variable a tener en cuenta, la de la vulnerabilidad social. Lo que la vicepresidenta Oltra plantea es que si la Comunitat Valenciana es una región pobre que contribuye al conjunto como si fuera rica, los indicadores de pobreza, tienen que tener presencia en la reforma del modelo de financiación igual que otros factores como la población.

Montoro pide sentarse a hablar

Mientras, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, pidió ayer a Compromís «disposición» para negociar un nuevo sistema de financiación. Montoro que llamó «llorones» a los políticos valencianos hace semanas, dijo ayer en el Senado que Puig ya ha reconocido la voluntad de acuerdo del Gobierno por lo que pidió a Compromís que se sume a la negociación.