Alrededor de 450 niños de entre 11 y 13 años de diferentes colegios de la Comunidad Valenciana revivieron ayer la antigua Ruta de la Seda por tierra y mar y se impregnaron de una parte importante de su historia en una intensa jornada organizada por el Centro Unesco Valencia en colaboración con la Agencia Valenciana de Turismo.

Los niños llegaron a la ciudad en varios autobuses que les llevaron a las inmediaciones de la Lonja de la Seda poco antes de las 10,00 h. Allí recorrieron este magnífico edificio, una de las muestras más puras del gótico en nuestra ciudad, y pudieron escuchar las explicaciones del director del Centro Unesco Valencia, José Manuel Gironés, y del representante de la Generalitat Valenciana, Josep Gisbert, Director de Estrategia Territotial Turística de la Agencia Valenciana de Turismo, acerca de este edificio y de la Ruta de la Seda.

Gironés recordó la historia y el cometido de este edificio a lo largo de los siglos e hizo mención al mapa distribuido entre los niños, que retrata "el mundo antiguo, porque el nuevo mundo aún no se conocía". Gironés recordó que ha sido el mar, "esa llanura líquida e interconectada" la que ha permitido que llegaran a sitios muy diversos inventos y productos "como la imprenta, la pólvora, el arroz y, sobre todo, la seda".

Gisbert recordó a los niños asistentes al acto de la Lonja que él mismo había sido profesor de instituto durante muchos años e hizo hincapié en lo importante que es conocer trozos de la historia de Valencia, porque, dijo, hay algunos que forman parte importante de nuestra memoria. Gisbert, alertó de que, al igual que las personas, hay pueblos que pierden su memoria y, entonces, "no saben quiénes son ni a dónde van, pierden su identidad", y añadió que, durante 2.100 años ha existido un tráfico de muy diferentes tipos de personas entre oriente y occidente, incluyendo desde soldados a personas que buscaban aventuras y comerciantes y que ese intercambio de mercancías, entre las que la seda era el producto estrella, hace siglos, entre los dos extremos del mundo, puede considerarse como "una especie de globalización". Josep Gisbert quiso ensalzar que Valencia llegó a ser "el centro más importante de fabricación de seda en Europa", con una calidad excepcional, porque, dijo, "quienes trabajaban la seda querían que la de Valencia tuviera un prestigio y una reputación", lo que les llevó a destruir la que no cumplía los parámetros.

Gisbert recordó que la seda llegó a equipararse en nuestra ciudad con la escultura y la pintura y mostró su convicción de que, la Ruta de la Seda vuelva a tener un papel protagonista en el presente para fortalecer el contacto entre oriente y occidente.

Tras la intervención de Gisbert, Paula Saines, alumna del CEIP Alfandec de Tavernes de Valldigna, leyó su redacción sobre los orígenes y la trascendencia de la Ruta de la Seda; otros niños asistentes entregaron al representante de la Agencia Valenciana de Turismo una camiseta conmemorativa del acto; y otros mostraron la bandera de la Ruta de la Seda que les acompañó en todo el recorrido.

Posteriormente, los niños se dividieron en varios grupos y mientras unos se fueron al Museo del Arte Mayor de la Seda, donde pudieron observar la exposición temporal sobre los trajes de la Ruta de la Seda, otros acudieron a la Plaza del Pilar, donde pudieron disfrutar de diferentes juegos vinculados con esta Ruta y también escribir su nombre en caracteres chinos.

Los niños pudieron también acudir, en turnos rotativos, al Puerto de Valencia, para hacer un recorrido por la bocana y poder hacerse una idea de las sensaciones que experimentaron hace siglos los comerciantes que llegaban por la Ruta de la Seda a Valencia por mar.

En el Puerto fueron recibidos por Ramón Gómez Ferrer, director de Planificación Estratégica de la Autoridad Portuaria de Valencia. Gómez Ferrer, que también recibió una camiseta conmemorativa del acto, aplaudió la iniciativa del Centro Unesco Valencia, al tiempo que destacó la importancia, hace siglos y ahora, de las conexiones por mar entre oriente y occidente.