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La archidiócesis de València recibe un millón de euros más en donaciones en el último año

La Asignación Tributaria continúa siendo la máxima fuente de ingresos para la Iglesia a pesar del aumento de las donaciones

Un millón más de aportaciones de los fieles, 600.000 euros menos de gasto en actividades pastorales, 300.000 euros menos destinados al sueldo del clero... Un año más, la archidiócesis de València presenta la memoria de actividades, un documento en el que pretenden poner a disposición de la sociedad la información económica que deriva de la asignación tributaria y las actividades que han realizado las distintas entidades de la Iglesia.

Desde el inicio de este acuerdo entre la Conferencia Episcopal Española y el Estado en 2007, la Iglesia ha concluido el ejercicio económico con superávit. Así, su nivel más álgido tuvo lugar en el año 2013 tras rozar los dos millones de euros de beneficio, con unos ingresos de 13.188.774,44 euros y un gasto total de 10.399.322,17 euros. Según los últimos datos de la diócesis, el gasto ascendió hasta los 16.550.977,42 euros, mientras los ingresos llegaron a los 16.645.138,54 euros, dotando a la Iglesia de un balance final de 94.161,12 euros de beneficio.

Y es que este año los fieles se encuentran más generosos que nunca. En 2012, los feligreses llegaron a aportar dos millones de euros a la Iglesia, institución que sufrió un serio percance al descender esta cifra en 2013 en un millón. Un contratiempo que duró poco. En 2015 la colecta ya superaba los tres millones, pero ha sido en el último curso económico cuando la cifra ha superado los cuatro millones. De estos, el 79 % provenía de las donaciones, mientras el 11 % lo hacía de las colectas parroquiales. Ésta es la cifra más voluminosa de los últimos cinco años en aportaciones de los fieles.

Sin embargo, la verdadera fuente de ingresos continúa siendo la Asignación Tributaria, que representa el 63 % de los ingresos ordinarios. Una aportación donde el feligrés únicamente debe dibujar una equis en la casilla de la renta para destinar el 0,7 % de los impuestos al sostenimiento de la diócesis sin un gasto mayor que el de la tinta de su bolígrafo.

En cuanto a los gastos, la retri-bución del clero copa el podio de éstos tras destinar el 43 % de las cuentas de la Iglesia a los salarios de sa-cerdotes y religiosos. Mientras, el 25 % de éstos se destina a las accio-nes pastorales y asistenciales. Sin embargo, aunque el gasto en di-chas actividades ha aumentado en 289.416,83 euros y los voluntarios de Cáritas lo han hecho en medio centenar, ocho centros sociales y asistenciales cerraron en el último año. A pesar de ello, 193.086 personas fueron atendidas, 117.597 personas más que en el ejercicio anterior.

No obstante, las cifras recogidas en el informe no contabilizan los gastos de las parroquias, sino únicamente el gasto de la administración central del arzobispado. Así, a este beneficio de casi un millón de euros de 2016, la Iglesia ha tenido que añadir a sus cuentas un gasto adicional de 674.248,44 euros destinado a ayudar a aquellas parroquias que construyeron nuevos templos en los últimos años. Por consiguiente, la Iglesia de València se encuentra, por primera vez en cinco años, ante una necesidad de financiación de 580.087,32 euros, a pesar de lo que parece ser el renacimiento económico de la comunidad católica.

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