Una pantomima. La comparecencia de los máximos responsables de la trama Gürtel en las Corts, por videoconferencia desde la cárcel madrileña de Valdemoro, para explicar los contratos de Feria Valencia lejos de aportar novedad alguna acabó en una pura comedia.

Álvaro Pérez, el perejil de todas las salsa gurtelianas en Valencia en los tiempos de vino y rosas del PP, se permitió incluso la boutade de meter prisa a los diputados que le preguntaban sobre los contratos de Feria Valencia con Orange Market porque tenía que acudir a un curso de cocina en la cárcel del que, además, tenía examen. «Me los he dejado pochando», soltó con sorna y la misma vena de artista que le permitió ganarse a toda una generación de políticos del PP.

Pérez, hoy en prisión con condena de 12 años por el amaño de contratos de la feria turística Fitur, se comprometió a colaborar con el Parlamento valenciano. Pero en otra ocasión. Tal vez cuando acaben todas las causas pendientes que tiene abiertas (visita del Papa, delitos electorales, falsedad de documentos), deslizó, y añadió que si no hablaba no era por ganas sino por prescripción de su letrado.

De Gürtel solo se conoce la cara A

Aún así aseguró que de la trama Gürtel solo se conoce la cara A del disco, pero que la B es incluso más interesante. Solo el diputado socialista José Muñoz tuvo habilidad para sonsacarle al hacerle ver que mientras él estaba en la cárcel y el PP lo había hecho pasar ante la sociedad por un delincuente que se aprovechó del partido, muchos otros se fueron de rositas. En ese momento, Pérez asintió y respondió que, efectivamente, «no están todos los que son, ni están todos los que deberían estar».

No menos trazos de comedia tuvo la intervención del cabecilla de la Gürtel, Francisco Correa, que justificó los regalos a políticos en que es la misma técnica de marketing que utilizan todas las empresas con sus clientes. Sostuvo que esa técnica de obsequiar a quien podía decidir sobre contratos públicos no debió funcionar mal cuando nunca le devolvían los regalos e incluso llamó a los diputados a promover cambios en el Código Penal para permitir los obsequios. «Cómo no le iba yo a llevar payasos a las fiestas de Ana Mato y a Jesús Sepúlveda [exministra de Rajoy y su exmarido] si eran mis amigos», reconoció.

Correa, que sostuvo que sus únicos delitos eran de tipo fiscal, añadió que no existe tanta corrupción como los medios de comunicación «se han empeñado» en resaltar. «Gürtel fue un montaje de un partido contra otro que nos usó a nosotros para darnos en el trasero», resumió. Preguntado por los contratos de la trama con Feria Valencia de cerca de un millón de euros, Correa se escudó en que no conocía ninguna actividad de Orange Market porque la llevaba directamente Álvaro Pérez.

Compromís y la feria Hábitat

Mientras, el grupo Compromís llevará a Fiscalía lo que considera un nuevo caso de corrupción del PP y la trama Gürtel a través de Feria València. La diputada Teresa Garcia asegura que se pagó un millón a Orange Market por un trabajo no contratado aprovechando el certamen Hábitat 2008. Los pagos a la Gürtel se producen en el año en el que Rajoy se presentó por segunda vez como candidato del PP.