La Iglesia Católica beatificó ayer a 60 mártires de la Familia Vicenciana asesinados durante la Guerra Civil española en una ceremonia que se ofició en el Palacio de Vistalegre con la presencia de los arzobispos de Madrid, Carlos Osoro, y de València, Antonio Cañizares. La mayoría de ellos (39) murieron en Madrid entre los meses de julio y diciembre de 1936. Cinco lo hicieron en Barcelona, uno en Gerona, doce en Murcia y tres en València.

El más joven de todos ellos era Rafael Lluch Garín, nacido en València en 1917. Fue el menor de sus siete hermanos. El 20 de julio de 1936 fue apresado su cuñado, farmacéutico de Picassent, y Rafael se hizo cargo del establecimiento. La noche del 12 de octubre, los milicianos inspeccionaron la farmacia. Comenzaron a proferir blasfemias contra la Virgen y cuando quisieron arrancar un cuadro con su imagen, Rafael les dijo que se llevaran lo que quisieran, pero que no lo tocaran. Después se lo llevaron preso, lo retuvieron tres días en Sollana y el 15 de octubre lo mataron en Silla.

El segundo de ellos fue el Padre Agapito Alcalde que natural de Burgos y nacido en 1867, vivió en València. Este inició su último ministerio como capellán de las Hijas de la Caridad en 1931 en la antigua cartuja Ara Christi, de València, cerca de El Puig. Allí lo apresaron y lo llevaron a la cárcel de Mislata.

El 31 de julio lo sacaron de la prisión bajo vigilancia, buscó refugio en casas de las Hijas de la Caridad y esa misma noche lo mataron en la Estación del Norte de Valencia.

Por su parte, el Padre Rafael Vinagre, nació en Badajoz en 1867 pero residió en Paterna. Fue misionero paúl en Filipinas y México, donde sufrió persecuciones, antes de llegar, en 1935, a El Puig. Allí un matrimonio valenciano le cobijó en su casa donde fue descubierto y fue encerrado en el penal de San Miguel de los Reyes. Días después desapareció.

Ante más de 3.000 fieles, el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos del Vaticano, ofició la ceremonia y calificó de «página oscura contra personas indefensas e inocentes» el período vivido en España entre los años 1936 y 1939, para añadir que no debe olvidarse «para que no se repita una ola similar de odio fratricida».