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El IGIC, un referente en la investigación de la costa y del medio marino

Los sensores aplicados a proyectos como la pulsera proceden de investigaciones más complejas del instituto

El IGIC, un referente en la investigación de la costa y del medio marino

La pulsera inteligente es un ejemplo más de la aplicación a pequeña escala y en otros ámbitos de una tecnología mucho más compleja que desarrolla el Instituto de Investigación para la Gestión Integrada de Zonas Costeras (IGIC), formado por 70 expertos, todos ellos miembros del Campus de Gandia. Desde 2007, el IGIC estudia los recursos biológicos de la costa y diseña herramientas para el medio marino, como sónars y sondas acústicas.

Muy cerca del Campus de Gandia, en los tinglados del puerto, hay una unidad mixta del IGIC y del Instituto Español Oceanográfico. Desde allí se investiga, por ejemplo, cómo rentabilizar una granja marina, cómo aumentar la población de tellinas, que está en retroceso en el litoral valenciano por su extracción abusiva, o cómo calcular el número y la biomasa de atunes rojos.

Por otra parte, el Grupo de Investigación en Acústica Aplicada a la Detección de Astropartículas, liderado por Miguel Ardid, en colaboración con el IGIC está desarrollando un calibrador para encontrar neutrinos. Se trata de partículas elementales generadas fuera del Sistema Solar que transmiten una valiosa información desde los confines del cosmos. El objetivo es, por tanto, estudiar el universo desde las profundidades del Mediterráneo. Para ello se está construyendo el mayor telescopio de neutrinos del mundo, bautizado como KM3NeT. Estará formado por 12.000 sensores ópticos situados a más de 2.000 metros de profundidad. Su predecesor es el telescopio Antares. En el proyecto KM3NeT participan 200 científicos de 10 países. La primera línea de detectores se instaló en diciembre de 2015 cerca de Sicilia y está previsto ubicar otros más en aguas de Marsella (Francia) y Pilos (Grecia). El KM3NeT ocupará más de un kilómetro cúbico marino para detectar la débil señal lumínica generada por el neutrino en la oscuridad abisal.

Otra aplicación de los sensores que detectan ultrasonidos desarrollados en Gandia -y también en Teruel- se da en el campo de la Medicina, para la monitorización de pacientes crónicos con obesidad o cáncer, o para analizar la densidad ósea de los dientes a través de ultrasonidos, cosa que ayudará en la cirugía de implantes. También trabajan en desarrollar «apps» de salud.

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