El impuesto sobre la actividad turística que Podemos ha puesto como uno de los ejes de negociación con sus socios del Botànic para apoyar los presupuestos de 2018 tendría un impacto de 40 millones en el tramo autonómico.

A ese dinero habría que sumar los ingresos de la parte municipal, que queda a voluntad de los ayuntamientos, y que para una ciudad como València supondría recaudar entre un millón y 2,5. En el caso del destino turístico valenciano por excelencia, Benidorm, las arcas municipales percibirían de tres a cinco millones. Podemos está convencido de que no serán muchos los ayuntamientos que rechacen ampliar sus ingresos.

Las cifras figuran en la enmienda a la ley de Acompañamiento de los presupuestos que la formación que lidera Antonio Estañ tiene previsto presentar hoy en las Corts.

Mientras, la negociación por los presupuestos sigue en punto muerto. Podemos está hoy más cerca de la abstención que del sí porque no ve satisfechas sus demandas. La semana pasada ya mostraron su rechazo a la ayuda directa de tres millones a la aerolínea Air Nostrum mientras sus exigencias en parque público de vivienda, sistema de devolución y retorno de envases o ayuda farmacológica siguen activas.

Las posiciones sobre la tasa siguen alejadas. Compromís la ve con buenos ojos, pero en el PSPVLos gestores de Turismo no la quieren, las grandes asociaciones del sector tampoco, aunque en la Conselleria de Hacienda consideran que no hay que demonizarla porque funciona adecuadamente en media Europa.

El portavoz de Economía de Podemos, David Torres, mantuvo ayer el pulso con el Consell al asegurar que su formación no está dispuesta a apoyar los presupuestos en el área turística, aunque cuando llegue el momento decisivo tendrá que posicionarse sobre el presupuesto en su conjunto. «Es incoherente pedir más dinero y no querer ingresar más con la tasa turística», lanzó Torres.

La tasa turística sería un impuesto exigible en todo el territorio valenciano sobre las estancias en establecimientos turísticos y también incluye a los cruceros con tasa para estancias de más de 12 horas de hasta 2,50 euros más 1,25 en el tramo municipal.

Es un tributo directo, instantáneo y finalista, es decir los ingresos revierten en el ámbito turístico y en la lucha contra la precariedad laboral, el intrusismo o los alojamientos ilegales. Podemos también quiere más inspectores y va a solicitar, además, que se realicen revisiones médicas a las camareras de piso, más allá de las que puedan tener derecho a través de la Seguridad Social.

En el caso de la parte municipal del impuesto, su imposición tiene que aprobarla el pleno y los ingresos se destinarían a mejorar cuestiones relacionadas con las competencias municipales.

Podemos también plantea que queden exentos del impuesto las estancias de los menores de 16 años, las que se realicen por causa de fuerza mayor, como asistencia sanitaria o las subvencionadas por programas sociales europeos. Solo se gravará la estancia los primeros diez días, según el documento.

La mitad en temporada baja

En la propuesta de Podemos se recoge que las estancias en temporada baja tengan una bonificación del 50 % y la intención de la formación morada es crear un fondo para favorecer el turismo sostenible en la Comunitat Valenciana. Este fondo se nutrirá de la recaudación de la componente fija del impuesto sobre las estancias.

También tiene intención Podemos de crear la comisión de impulso del Turismo Sostenible que estará formada al menos por representantes de las conselleries competentes en materia turística, de hacienda, economía, empleo o medio ambiente y por representantes de agentes sociales y económicos de las entidades que se determinen, según la formación.