Sobreocupación: el día de la inspección había registrados 51 menores
Aunque el centro cuenta con 30 plazas, el pasado 30 de octubre había más de 50 internos. Incluso había tres de ellos durmiendo en colchonetas tiradas en el suelo en una zona común.
Caos administrativo: los expedientes están desordenados o incompletos
La Fiscalía detectó un «absoluto desorden» entre los expedientes personales de los distintos menores, algunos de ellos incompletos o entremezclados. Ello imposibilita el seguimiento real de la situación administrativa de cada caso.
Consumo de marihuana: varios internos fuman tabaco y porros dentro del centro
Se hallaron numerosas colillas en las habitaciones y en un cuarto cerrado del patio. Además se tiene constancia también del consumo de marihuana dentro del centro por parte de varios adolescentes internos en el mismo.
Dejación de funciones: no hay un control para hacer cumplir las normas
A colación con lo anterior se aprecia una irresponsabilidad por parte de algunos educadores, ya que permiten el incumplimiento del reglamento de régimen interior del centro.
Estado de las instalaciones: suciedad, ventanas desencajadas y muebles rotos
En apenas cuatro meses el estado de las instalaciones es casi peor que el centro de Monteolivete que ya fue cerrado. Restos de comida por el suelo, botellas, pintadas en las paredes, mal olor.
Medidas de seguridad: sin sistema de detección de incendios y falta de vigilantes
En la fecha en la que se produjo la inspección, hace unos veinte días, no estaba en funcionamiento todavía el sistema detección de incendios, ni tampoco había extintores. La conselleria asegura que este aspecto ya ha sido subsanado con su instalación la semana pasada.
