Ramón Espacio (València, 1963) comenta los retos asociados al VIH con ocasión del Día Mundial del Sida, que se celebra hoy. Milita desde 1993. Primero en el Comité Ciudadano Antisida de València. Luego en Calcsicova, de ámbito autonómico, fundada en 1997. Dejó la militancia «quemado», en sus propias palabras, pero el Real Decreto de 2012 que restringe el acceso universal a la salud pública fue la sacudida que le impulsó a volver.
El noveno congreso extraordinario de la coordinadora estatal de VIH y sida, Cesida, eligió presidente a Ramón Espacio hace dos semanas. «Un marrón», bromea. Pero asume el cargo con el oficio y la sorna suficientes como para debatir en la mesa contra cualquiera y siempre a favor de los marginados. Participa desde hace años en la comisión permanente del Observatorio por el derecho universal a la salud.
P Ya no hay campañas de prevención, ¿es invisible el sida? ¿Sigue muriendo gente de sida?
R En el mundo se siguen muriendo más de un millón de personas de sida al año. Casi el 50% no tiene acceso a tratamientos en países en desarrollo. Y de eso no se habla. Y aquí se ha bajado la guardia institucional. En España murieron 600 personas en 2015.
P ¿Cuánta gente se infecta?
R En 2016, en España se notificaron 3.353 nuevos diagnósticos. En la Comunitat Valenciana, 379 de los que llaman autóctonos y 76 importados. En total, 455.
P ¿Importados?
R Importados son gente que lleva poco tiempo aquí y ellos entienden que estas personas lo traían ya de fuera. Hay un treintaytantos por cien de personas que no son españolas. Pero muchas llevan tiempo aquí y han adquirido la enfermedad aquí. Separar autóctonos y foráneos es una manera de bajar las cifras. Pero no tiene sentido. Tal vez un caso que se ha diagnosticado aquí se ha contraído en una fiesta en Madrid o en Ibiza. Y los datos son sólo de nuevos diagnósticos, de gente que se hace la prueba.
P ¿Es preocupante que la gente no se haga la prueba?
R Lo que preocupa mucho es el diagnóstico tardío de al menos un 43% de los casos. El VIH es un virus que ataca las defensas del cuerpo, que bajan poco a poco. Cuando los linfocitos T CD4 bajan de un determinado nivel, esa persona tiene riesgo de contraer ciertas enfermedades, entre ellas el sida.
P ¿Qué es un diagnóstico tardío?
R Sida es sólo el estadio final de la infección por VIH si no se hace nada. Una persona normal tiene entre 800 y 1.000 linfocitos CD4 por milímetro cúbico. Un diagnóstico tardío se considera en las personas que tienen menos de 350 CD4. Y, enfermedad avanzada, menos de 200. Un diagnóstico tardío supone que esa persona se contagió hace años.
P Y no lo sabía.
R Si tienes VIH y no lo sabes eres un seronolosé. En España se calcula que el 18% de las personas que tienen VIH no lo saben, estamos hablando de entre 20.000 a 30.000 personas. En la Comunitat Valenciana, entre 2.000 y 3.000. Ahí es donde hay que incidir a nivel preventivo.
P ¿Quién debe hacerse la prueba?
R Toda persona que al menos una vez en la vida haya tenido prácticas de riesgo debe hacerse la prueba. Ahora se hacen pruebas a todas las mujeres embarazadas. Por protocolo. Hemos conseguido que en España no nazcan niños con VIH. En 2016, ninguno.
P ¿No hay cultura preventiva?
R La gente no se hace la prueba porque no se siente implicada. Las facilidades son enormes, pero en lo que no se ha avanzado es en el estigma social de la enfermedad.
P ¿Sigue existiendo?
R Si estás infectado por VIH no puedes ser policía local, ni nacional, ni militar. En Madrid, no puedes ser taxista. Seguimos arrastrando cosas bastante cerriles. ¡Señores, que han pasado 30 años! Vamos a entender que esto es una ETS (enfermedad de transmisión sexual) más.
P ¿Han mejorado los tratamientos?
R Los tratamientos son muy fáciles y cómodos de tomar, ya no tienen la toxicidad que tenían antes, cuando esperaban a que estuvieras muy mal para medicarte.
P¿Y funcionan?
R Sí. Si estás mal, en seis meses te recuperas. Y una persona en tratamiento, no transmite la enfermedad. La ONU ha puesto en marcha una campaña bajo el lema: Indetectable es igual a intransmisible. A una persona a la que no se le detecta el virus en sangre, que le hacen un análisis y no lo ven aunque siga por ahí escondido, está demostrado científicamente que no lo transmite.
P Ha sugerido que el VIH es un asunto de derechos humanos.
R Esto es una cuestión de derechos humanos porque habla de sexualidad, del derecho al trabajo, del derecho a la movilidad, de temas asociados a drogas y consumos, habla de género porque la mujer es más vulnerable al VIH, luego surge el problema del uso del preservativo en el contexto de la pareja, la fidelidad. Y si nos ponemos a nivel global habla de pobreza, de acceso a los medicamentos.
P ¿Afecta a la movilidad?
R Hay 59 países del mundo donde una persona con VIH tiene restricciones de entrada. Desde países a los que no puedes ir ni como turista a países donde si quieres ir a estudiar o trabajar, olvídate. La movilidad está absolutamente restringida para las personas con VIH. La mayoría de los países árabes, Israel, Rusia, China lo quitó cuando las Olimpiadas; Estados Unidos lo quitó en 2010, ¡Estados Unidos!
P¿Es fácil acceder a los medicamentos?
R La medicación es de dispensación hospitalaria, una vez cada dos meses. Y eso también es una especie de libertad condicional.
P ¿No se pueden comprar?
R No se puede comprar pero tampoco recibir. Tenemos problemas con estudiantes extranjeros de Colombia o de Brasil, que podrían recibir la medicación, pero la aduana española no lo permite. Peleamos con la administración. En la Comunitat Valenciana está recogido en el decreto de 2015. Pero el Gobierno central recurrió el decreto ante el Tribunal Constitucional.
