El ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, presentó ayer el "Plan de mejora de la calidad de Cercanías 2017-2025" con una inversión prevista de 1.436, 55 millones en los próximos ocho años.

Una nueva planificación para viejas reivindicaciones ya que la mayoría de actuaciones previstas se reclaman desde hace décadas. Y ya se recogían en el Plan de Cercanías presentado en 2010 por el ministro socialista José Blanco, de 3.995 millones de euros, que iba a ser cofinanciado por la Generalitat de Francisco Camps y que la crisis se llevó por delante.

El ministro no aclaró las anualidades de inversión del plan. Ni siquiera las referentes a 2017 -que se supone que ya se ejecutan- o las de 2018. "No tengo el número", respondió a los periodistas cuando se le pidió mayor concreción.

De la Serna sí reiteró en varias ocasiones que se trata de un plan «ambicioso pero realista». A diferencia del presentado hace siete años, el nuevo Plan de Cercanías sólo incluye las actuaciones destinadas a las líneas de proximidad y deja fuera de cómputo la megainversión de la red arterial ferroviaria de València (que sí contabilizaba José Blanco).

También se quedan descolgadas las decimonónicas conexiones ferroviarias Xàtiva-Alcoi (sólo se citan 22 millones para renovación de vías e instalaciones de seguridad en la separata de «otras inversiones») y la conexión con Cuenca y Madrid, que parece condenada al cierre.

Antes de explicar el plan de actuaciones, el ministro detalló de forma concienzuda el estado actual de los 429 kilómetros de líneas ferroviarias, con ocho líneas en activo, 77 estaciones y una oferta de 424 trenes diarios (en día laborable).

"Nos desnudamos para analizar la calidad del servicio", adelantó, antes de admitir que las líneas a Gandia, Buñol y las dos de Alicante son las más saturadas. Y de admitir todo el listado de problemas técnicos que arrastran las conexiones de Cercanías: "incidencias en pasos a nivel, falta de disponibilidad de surcos ferroviarios por enclavamientos eléctricos, fluctuaciones de energía (línea C2 a Gandia), incidencias por la vejez de la catenaria y la vía (más de 30 años) en la C2 a Xàtiva y Moixent, los problemas creados por las obras del tercer carril en la C-6 (a Castelló), o las supresiones de trenes por la falta de maquinistas ("un problema que ya se ha resuelto con la incorporación de 16 maquinistas más a la plantilla").

Las cinco líneas de cercanías de València y Castelló también mantienen 27 limitaciones de velocidad que se eliminarán con una inversión de 10,41 millones.

Para resolver todas estas deficiencias, el Ministerio de Fomento prevé (ver resumen en el cuadro adjunto) destinar 351,73 millones para la línea de Cercanías C1 València-Gandia que se destinarán a la reivindicada duplicación de vía desde Cullera a la capital de la Safor (139,24 millones), prolongar hasta Oliva la red ferroviaria (120,58 millones), renovar las vías actuales (54,45 millones), suprimir 12 pasos a nivel (21,78 millones), instalar el BAB (bloqueo automático en vía doble banalizada) entre Silla y Cullera (que permite a los trenes circular en cualquier sentido, por cualquier vía, algo muy útil en caso de averías) y sustituir los enclavamientos eléctricos (6,05 millones). La C2 València-Xàtiva-Moixent «sólo» precisará 142 millones para estar en perfecto estado de revista.

La C3 por fin verá duplicada y renovada la vía desde València-Sant Isidre a Buñol, además de electrificarse (los trenes funcionan a diesel) actuación ésta última que se prolongará hasta Utiel. Todo tras 320,68 millones de inversión. La electrificación también llegará a la C5 Sagunt-Caudiel: 84,24 millones para renovar el tramo, construir subestaciones y eliminar limitaciones de velocidad).

Alicante también tendrá su ansiada conexión ferroviaria al aeropuerto (85 millones) y la C1 de esta ciudad también conectará con la estación de Elx de alta velocidad (34 millones). Por último, Renfe también destinará "a medio y largo plazo" 215 millones en València y 139 en Alicante para renovar la flota de trenes, hacer accesibles las estaciones y darles un lavado de cara.

El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, presente en el acto junto a la consellera de Obras Públicas, Maria José Salvador, y numerosos alcaldes afectados por las mejoras, defendió que si se ejecuta el plan de cercanías "se revertirá en gran parte el déficit inversor" del Estado en la Comunitat Valenciana, al tiempo que mostraba su satisfacción porque "alrededor del 80 % de la agenda valenciana de infraestructuras está contemplada. Así es como realmente se cose el país", defendió.

El alcalde de València, Joan Ribó, también dio la bienvenida al plan del que espera concreción "de manera clara" en los Presupuestos del Estado para 2018, al tiempo que mostraba su disposición a hablar y firmar un nuevo convenio para que el túnel pasante de València se haga "lo más rápido posible".