Nació el pasado 14 de septiembre. Lo que no sabía Alba es que llevaría no un pan, sino tres décimos del tercer premio (el 06914) bajo el brazo. Su padre Pedro Burgos y su madre Susana Baltasar fueron dos de los agraciados con el 06914, número que eligieron precisamente por coincidir con el día del nacimiento de la que es su primera hija.

Alrededor de las 10.30 horas de la mañana aparecieron con el carrito en la administración número 1 de Rafelbunyol, fundada hace 30 años por Amparo Díaz, ahora ya jubilada. La primera lotera de Rafelbunyol pensaba que nunca vería repartir un gran premio de Lotería de Navidad desde su oficina, pero ayer la suerte cambió.

«Todavía no nos lo creemos. Vamos a esperar a que pase la euforia para decidir qué hacemos con el décimo. De momento, pasaremos unas muy buenas navidades», explicó Pedro. Los otros dos boletos premiados no se quedarán en Rafelbunyol, sino que irán a Barcelona y Jarafuel, localidades donde viven las respectivas familias de estos vecinos que llegaron hace diez años a el municipio valenciano.

Ajena al champán y la alegría que se vivió en la calle Major de Rafelbunyol, Alba observaba ayer las cámaras con atención. Ha nacido con estrella, aunque aún no lo sepa.

Pedro y Susana no fueron los primeros en llegar a la administración rafelbunyolera, la primera que abrió en el pueblo, que se encuentra justo enfrente de la iglesia. Fue Encarna. Y ayer lo tenía muy claro. «Tengo cuatro hijos y siete nietos, mira si tengo para repartir», explicaba un poco abrumada ante las cámaras. Pero pese a ser un poco más rica hoy, ha decidido seguir su rutina e ir a la peluquería a ponerse guapa para las televisiones, bromeaba.

Fernando Piquer, hijo de la fundadora, junto a su mujer, Amparo Ros, se abrazaron a Encarna emocionados. «Es que es nuestra amiga. Su hija es íntima mía», apuntó la actual administradora. «Es lo que tiene el pueblo. Todos son allegados, conoces sus historias personales, sus problemas, y por eso te alegras más», relataba afectada.

Su suegra, Amparo, tampoco salía de la sorpresa. Vive en el piso de arriba de la administración. «Esta mañana me he puesto el sorteo en la tele pero sin ninguna esperanza. Llevo 30 años esperando a dar algún premio, ¿por qué iba a ser este?», se preguntaba. Pero fue. El 06914 le pilló tan desprevenida -además fue el primer premio que se dio, a las 9.20 horas- que incluso no le dio tiempo a cambiarse. Se quedó con la primera administración del pueblo hace 30 años siendo madre soltera con siete hijos. Ayer, uno de ellos sacó el champán que pensaba que nunca sacaría. En total, esta administración que ya se puede quitar la espinita, dejó 2,5 millones de euros repartidos en 50 décimos de 50.000 euros cada uno.