Sobre las 13.00 horas de ayer llegó una mujer entre lágrimas a la administración de lotería número 1 de Benetússer. Era Neringa Bertulyte, la persona que tuvo buen criterio para elegir el número que salió premiado ayer con el Gordo de Navidad: el 71198.

Una cifra cargada de simbolismo para esta lituana afincada en España desde hace 15 años. Sobrepasada por la atención mediática y vecinal que recibía, Neringa contó que eligió este número porque es la fecha de nacimiento de su hija mayor, que sigue viviendo en Lituania. «Busqué el número en distintas administraciones y lo compré aquí por terminal», afirmó. Su hija, de 19 años, nació el 7 de noviembre de 1998. «Compré el décimo hace más de seis meses, solo quería este número, al que he jugado más veces», aseguró emocionada.

Neringa tenía la voz entrecortada y las lágrimas se intercalaban con las sonrisas, propiciadas por los grandes abrazos de los vecinos. Una treintena de personas se agolpaba en el número 86 del Camí Nou de Benetússer, en la sede de la Lotería Nacional que regente Bernabé Martínez.

Neringa acababa de ganar 400.000 euros, y se fundió en un abrazo con Bernabé, mientras se abrían dos botellas de champán para celebrarlo. Una alegría con la que Neringa «tapará agujeros», pero todavía no era del todo consciente cuando los vecinos le preguntaban si había sido ella la afortunada. Tiene 42 años y lleva quince en España viviendo, con otras dos hijas, cuyas fechas de nacimiento también son los números de la suerte con los que juega habitualmente.

Se enteró de que le había tocado mientras trabajaba. «Escuché que terminaba en 98. Como el mío... Pensé que me saldría a devolver», dijo. Sin embargo, cuando escuchó la repetición del número por la radio, con el bullicio del Teatro Real, siguió atenta, «y entonces me di cuenta de que también coincidía el 11...». Pero la sorpresa llegó cuando el número premiado lo encabezaba el 7: «Lo tuve que comprobar varias veces».

Enviará una parte del dinero a su familia en Lituania y pagará los estudios de su hija, la que le ha propiciado el número de la suerte, ya que está cursando allí la carrera de Asistente Social. El resto, se lo quedará «para disfrutarlo». De hecho, dudó de si ir o no a trabajar por la tarde, porque solo quería compartirlo con su marido y sus hijas en casa.

En la administración 1 de Benetússer la fiesta duró horas gracias a un solo décimo vendido por terminal. Sin embargo, desde que abriera las puertas en 1982 por la madre de Bernabé Martínez, han entregado varios premios, el último, el año pasado en el sorteo de El Niño. «Somos un pueblo con mucha suerte», afirmó Bernabé.