El precio de la bombona de butano cuesta 14,45 euros. Ese será su precio hasta el tercer martes de enero, cuando el Ministerio de Energía revise la cuantía, cosa que hace cada dos meses, siempre en mes impar. Sin embargo, ese precio solo afecta a las bombonas de gas «naranjas», las de «toda la vida» que se suministran a domicilio. Los usuarios no acaban de entender porqué cambia el precio si adquieren una bombona de gas «de las nuevas» que se denominan de envase ligero y son más manejables (con asas de plástico), ya que contienen menos gas (medio kilo menos) y son más caras.

En cada punto de suministro el precio cambia, aunque la diferencia sea de apenas unos céntimos o de más de 3 euros. El precio de las bombonas «plateadas» (de Cepsa) también varía según el punto de suministro donde se adquieran.

Pero ¿por qué cambia el precio del gas butano si está regulado por le Gobierno? La respuesta se encuentra en el envase. Y es que, de entrada, es necesario distinguir entre las bombonas de gas butano de precio regulado y las que tienen precio libre. Si el envase en vacío supera los 9 kilos el usuario debe pagar el precio que marca el ministerio al ser un «precio regulado». Eso solo ocurre ya en las bombonas «naranjas» tradicionales. Aún así, si se adquieren en algunas gasolineras el precio de la bombona tradicional que regula el Gobierno se puede incrementar algunos céntimos (entre 0,40 y 0,60 euros) «por manipular o abrir la jaula donde se guardan los envases». Y lo mismo puede ocurrir en el reparto a domicilio, aunque en esta ocasión se considera una especie de propina obligada al repartidor.

Ahora bien, si el envase pesa en vacío menos de 9 kilos el precio pasa a ser «libre» y se abre la veda. Cepsa y Disa fueron las primeras empresas en comercializar los envases ligeros. Por eso, las botellas «plateadas» se ofertan a distintos precios en función de dónde se adquieran. Hace dos años, Repsol decidió subirse a este carro y hacer lo propio al sacar al mercado su botella ligera de asas de plástico. Con este lanzamiento Repsol completaba su oferta y y la adaptaba a la demanda de clientes que necesitan un horario de distribución más amplio, como los que ofrecen las estaciones de servicio. El usuario, sin embargo, paga más (el precio es libre y en la actualidad ronda los 17,50 euros, es decir, un 20% más del precio que fija el ministerio) por una bombona que contiene menos gas (suele llevar 12 kilos en lugar de los 12,5 kilos de las bombonas tradicionales).

Ahora bien, las bombonas de envase ligero son un éxito, según afirman las petroleras. «La bombona de envase ligero lleva algo menos de gas y el precio es libre y varía en función de dónde se adquieran pero el usuario las prefiere a las tradicionales porque son más ligeras y manejables y porque se venden en las estaciones de servicio. Solo por eso ya les merece la pena por la comodidad», afirman fuentes de Repsol, que recalcan no ser los únicos que ofrecen este tipo de envases ligeros y aseguran que «se venden más que las tradicionales», aunque carecen de datos al respecto.

Por real decreto

El Real Decreto ley 8/2014, de 4 de julio, supuso un antes y un después para los usuarios de gas butano ya que el Gobierno liberalizó el precio de gas, si el envase pesaba menos de 9 kilos. A partir de ese momento, primero Cepsa y Disa, y luego Repsol, comercializaron una nueva bombona de gas más moderna y manejable pero que no se sabe con exactitud cuánto cuesta. En unas gasolineras se pueden pagar a 15 euros, en otras 16,50, en otras a 17,50... hay quien asegura haber pagado más de 20 euros por una botella ya que cuando el suministro escasea -en la última ola de frío en la Comunitat Valenciana las estaciones de servicio se quedaron sin suministro varios días- el usuario paga lo que le pidan por llevarse el gas a su casa. Desde las asociaciones de consumidores recomiendan pedir siempre ticket, aunque no tienen quejas por la liberalización del precio del gas.