«Al Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama) ni está, ni se le espera en su ámbito competencial hidráulico y medioambiental, a pesar de que la Comunitat Valenciana es una región donde el 70 % de la superficie necesita más de un 40 % de agua de la que dispone, ya que estamos sumidos en un estrés hídrico», lamentan desde la Cámara de Contratistas. A pesar de este déficit, «las licitaciones para obras hidráulicas en regadíos, regulación y abastecimiento son nulas. Si no hay ministra que la nombren y si existe, que la cambien», exigen.

De hecho, las cifras que presenta este departamento resultan irrisorias. Durante todo 2016, el ministerio y sus tres sociedades públicas instrumentales (Acuamed, Tragsa y Seiasa) licitaron obras por 2,88 millones en la Comunitat Valenciana frente a los 134,9 licitados en toda España.

Una cifra que va a peor en los primeros diez meses de 2017, en los que el Mapama ha asignado a la Comunitat Valenciana 2,4 millones de euros, apenas el 1,23 % de las actuaciones licitadas en toda España por el departamento que dirige Isabel García-Tejerina.

Frente a estas cifras, la Cámara de Contratistas considera que la Comunitat Valenciana necesitaría una inversión de 1.500 millones de euros en actuaciones hidráulicas «necesarias para optimizar y remediar en lo posible el uso del agua en la Comunitat Valenciana» y reflejado en el documento «Análisis de la inversión en infraestructuras prioritarias en el Ciclo del Agua en la Comunitat Valenciana», validado por la presidencia de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ). Entre las obras pendientes se encontrarían 14 actuaciones en conducciones (434,8 millones), ingeniería fluvial (16 obras valoradas en 318,1 millones), o cuatro presas pendientes con un coste de 122,3 millones.