Su hijo salió nervioso del colegio. Solo le dijo que estaba disgustado porque un profesor le había reñido. El niño tiene Síndrome de Asperger, TDH y una discapacidad del 51%. Por ello, y aunque vive en el centro de València, tiene asignado un educador en el colegio de una pedanía de la capital. De hecho, madre e hijo tienen todos los días una hora de trayecto hasta el colegio.
Cuando se estaba duchando, la madre le vio un moratón en el brazo, «una especie de dedo clavado» que, según consta en el informe del médico forense, «es provocado por un adulto» que le agarró «demasiado fuerte» y le dejó la marca. El niño se puso a llorar pero no le dio más explicación y al día siguiente la madre preguntó entre sus compañeros de clase en la puerta del colegio.
«El profesor lo agarró y lo empujó contra la puerta. Le dijo que si era tonto y que se lo llevaba a la clase de los niños de 2 años a cambiar pañales, y se lo llevó. Le suele llamar tonto y mal educado; y a veces dice que le va a poner un cartel con la palabra mal educado», dice la madre que le relataron algunos de los alumnos. Asegura que fue a partir de ahí cuando el niño dio su versión de los hechos, tal como consta en la denuncia que la madre interpuso más tarde, una vez que la dirección del centro y la inspección de Educación anunciaran que no iban a tomar cartas en el asunto y lo zanjaron con un «su hijo miente».
En la denuncia, tal como ha comprobado este diario, consta que el niño «manifiesta de viva voz que el profesor le empezó a decir '¿eres tonto o te lo haces?', '¿qué eres, un bebé?', '¿te haría gracia cambiar pañales?', a la vez que lo agarraba muy fuerte del brazo haciéndole daño, llegando a lanzar al niño contra la puerta de su clase a la vez que le decía 'las tonterías, que te las aguante tu madre... Te voy a expulsar del colegio'. Lo sacó de la clase y se lo llevó a la clase de los pequeños y una vez allí y delante de los pequeños le dijo 'bebé, ¿te haría gracia cambiar pañales? Devolviéndolo posteriormente a su clase».
«Ni agresión ni mala praxis»
Para el colegio «ni hubo agresión ni hubo mala praxis». Si el profesor no llamó al educador que tiene el niño asignado fue porque «no está disponible para él a tiempo completo. Hay más niños a los que tiene que atender. La madre es conflictiva y ha tenido problemas en otros centros educativos. En gimnasia, por ejemplo, sí tiene el educador para él porque lo tiene asignado algunas horas concretas, no todo el día y a cada momento. No es un problema del centro y no tenemos duda alguna sobre este profesor. Hay niños que niegan la agresión y los insultos. El problema reside en la familia», asegura el centro escolar.
La madre teme represalias. «Me han amenazado con llamar a los servicios sociales. Lo único que quiero es respeto para mi hijo y no me parece de buen profesor llamarle tonto, o bebé, o agarrarlo... Los profesores deben tener otros recursos, deben dar ejemplo», reivindica, a la vez que pide que no se calumnie a su hijo ni se vuelva a repetir que el pequeño miente.
