La Conselleria de Hacienda apenas gestiona el 8,4 % de los dineros que maneja, los correspondientes a la recaudación p0r los impuestos sobre sucesiones, donaciones, transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados. En conjunto 1.413,5 millones de euros sobre unos ingresos totales de 16.733,1 millones. El informe de la Sindicatura de Comptes correspondiente al ejercicio 2016, que Vicent Cucarella entregó el viernes a Enric Morera, presidente de Les Corts Valencianes, revela que el Estado gestiona 8.351,8 millones de euros de ingresos correspondientes a la parte cedida por la recaudación de los impuestos sobre la renta de las personas físicas, sobre el valor añadido y los denominados impuestos especiales, los que gravan los carburantes, por ejemplo. Una cantidad que representa casi exactamente la mitad de los ingresos de la Generalitat.

El resto del dinero que ingresa el departamento que controla Vicent Soler hasta completar el total del presupuesto procede de préstamos para pagar a los proveedores vinculados al denominado Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), otra aportación del Ministerio de Hacienda que en 2016 alcanzó los 6.967,8 millones de euros. Una cantidad que representa cerca del 42% de los ingresos totales de la Generalitat.

Si la recaudación no es precisamente uno de los puntos fuertes de la Conselleria de Hacienda, sí merece reconocimiento por parte de la Sindicatura de Comptes la evolución de los denominados derechos reconocidos, la cantidad que efectivamente corresponde ingresar, precisamente por el incremento de un 10,7% de la recaudación por los impuestos que gestiona el Ministerio de Hacienda.

Cinco años estancados

La Sindicatura destaca cómo «tras un periodo de cinco años de estancamiento», los ingresos presupuestarios que no están vinculados a deuda ascienden hasta 11.882,9 millones de euros, una cantidad similar a la que se registró en 2010 (11.742,8 millones) y superior a los 10,600 millones de media entre los ejercicios de 2011 a 2015. En el capítulo de gastos destaca la evolución de las denominadas Obligaciones No Reconocidas por la Conselleria de Sanidad, gastos asumidos pero que se trasladan al ejercicio siguiente por cuestiones de gestión, que han pasado de 3.506,6 millones de euros en 2011a 705,5 el año pasado.